La Guerra en Ucrania supuso un duro golpe para el normal desenvolvimiento de la aviación comercial rusa. Además del cierre de los cielos, se complicó para las aerolíneas rusas el acceso a la posibilidad de alquilar aviones occidentales y acceder a repuestos. En consecuencia, la decisión del gobierno de Moscú es reactivar e impulsar la producción de aviones propios. Uno de ellos es, justamente, el Tupolev Tu-214, que se montarán en la planta Gorbunov, de Kazan, a partir de 2027. La máquina es un bimotor de alcance medio, capaz de transportar hasta 210 pasajeros, que voló por primera vez en 1989, como reemplazo del trirreactor Tupolev Tu-154. El objetivo es que se produzcan 70 unidades hasta 2030.