Mauricio Macri puso esta semana, en el acto de presentación de su nuevo libro, a Aerolíneas Argentinas en el centro del ring cuando dijo – o reiteró mejor dicho – que «Aerolíneas Argentinas tiene que dejar de ser estatal, y así sacarnos de encima a Pablo Biró y sus comportamientos mafiosos y la plata que nos roban».
La reacción de secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) fue inmediata: «Macri ya mostró que se quiere quedar con el negocio aerocomercial».
Pero quien le dedicó más tiempo a contestarle al ex presidente fue el actual CEO de Aerolíneas Argentinas Pablo Ceriani: «durante los cuatro años de su gestión y la revolución de los aviones, destruyeron el mercado, se cerraron rutas internacionales, dejaron a Aerolíneas sin liquidez y comenzaron a tomar deuda privada para dejar un endeudamiento de U$S 1000 millones y un déficit tremendo».
Los argumentos, más o menos creíbles y con más o menos fundamentos, ya son conocidos. Lo que es evidente, y quizás allí se apoya la insistencia de Macri en avanzar con el tema es que Aerolíneas Argentinas – y sus empleados – están ahora lejos de gozar con el apoyo de la sociedad de principios del 2000, cuando el slogan que convocaba era “Todos somos Aerolíneas”.
Es cierto que la empresa estaba saliendo a los tumbos de un pésimo proceso de privatización, iniciado, casualmente, por un gobierno peronista, y que muchos añoraban los viejos años de la Aerolíneas estatal, protegida de la competencia.
Ahora la situación parece ser a la inversa, donde la gente está cansada de sostener una aerolínea que demanda entre 500 y 800 millones de dólares por año donde los gremios y empleados parecen ser los únicos privilegiados en un país que cuenta con un 50% de pobres y donde la cantidad de viajes por habitante es muy baja respecto al resto de los países de la región. Además, la gente comienza a ver las ventajas de que haya empresas privadas, autosuficientes y eficientes y que en el mundo cada vez son menos las empresas estatales.
No es casual, por lo tanto, que Macri, que seguramente como todo político consume encuestas para saber que piensa la gente, insista en poner a Aerolíneas en el centro del debate público.
No soy un gran fanático de Macri pero en esto tiene toda la razón. Con aciertos y errores creo que una de las mejores cosas que hizo su gobierno fue la llamada revolución de los aviones que le permitió a mucha gente acceder por primera vez a un viaje por avión. Cuantos puestos de trabajo se generaron alrededor del Aeropuerto de Morón? Puestos que se han perdido gracias a los illuminati de este gobierno que decidieron cerrarlo solo para embromarles la vida a las low cost.
Embromarles la vida a las low cost? Si estan creciendo.