El Parlamento Francés aprobó una ley que prohíbe los vuelos cortos, que puedan ser cubiertos hasta dos horas y media, por el tren, por considerar a este medio de transporte “más sustentable y menos contaminante”. La única excepción serán aquellos vuelos que “aseguran la conexión de pasajeros hacia otros lugares”. Como parte de las argumentaciones para aprobar la ley, se explicó en la Asamblea que mientras un vuelo entre Marsella y París produje unos 195kg. de CO², recorrer la misma distancia utilizando el tren de Alta Velocidad TGV, produce apenas 4,14kg. También se habla de que Francia posee una vasta y eficiente red ferroviaria y que la utilización del avión, en la mayoría de los casos, ahorra apenas dos horas, pero a un alto costo de emisiones.
