El miércoles de la semana pasada la ANAC le concedió, finalmente, el tan ansiado Certificado de Explotador de Servicios Aéreos (CESA) a Flybondi, pero esto no se dio llamativamente a difusión salvo en medios del exterior. Sin este documento, nadie puede volar transportando comercialmente pasajeros. Este lunes, un vuelo de promoción con empleados y familiares, despegó desde el aeropuerto de Córdoba para una vuelta de 22 minutos. Sin embargo a los 12 minutos debió aterrizar por problemas, supuestamente, en un motor. Se habló de una indicación de pérdida de velocidad lo que hubiera llevado a tener que revisar el motor, aunque para ello se necesitan talleres habilitados. El taller habilitado más cercano, dispuesto a asistirlos, está en Brasil. Según confirmó después Aviación News, el problema no habría sido en un motor sino que se trató de una discrepancia entre los velocímetros y el altímetro. Consultada la empresa, minimizó el incidente respondiendo que “Nelson, nuestro primer avión, realizó un vuelo de prueba que presentó una falla técnica menor. Como indica el protocolo, el avión volvió a la base. Este procedimiento es normal y la unidad no hizo un aterrizaje de emergencia”. Al mismo tiempo la empresa ratificó que este viernes comenzará sus operaciones con sus vuelos Córdoba-Iguazú con pasajeros, incluyendo además algunos invitados, entre ellos periodistas, el sábado el Córdoba-Bariloche y el lunes el Córdoba-Mendoza. Mientras tanto se mantiene la incógnita sobre si el aeropuerto de El Palomar estará listo para operar el 9 de febrero a raíz de una denuncia de vecinos y organismos de derechos humanos y de la necesidad de un estudio de impacto ambiental -que se está haciendo- o si Flybondi, con los inconvenientes que eso implica, deberán buscar algún otro aeropuerto para despegar.
