“El que avisa no traiciona”. Esta frase, cuyo origen se desconoce, parece aplicarse a la carta que este lunes a última hora se distribuyó, con la firma de Fabián Lombardo, Presidente y Gerente General de Aerolíneas Argentinas, a todos los empleados de la compañía. Allí, el funcionario no solo blanqueó los recortes en materias de rutas y frecuencias que se vienen aplicando, sino que anticipó aún más para esta temporada de baja. No lo dijo, pero la expectativa es que haya una reducción en cabotaje del 20% respecto al mismo periodo de 2023. Las bajas serían en aquellas rutas con menor demanda, con el objetivo de someter, hasta donde se pueda, los costos operativos de la empresa. Concretamente, adecuar la oferta a la demanda.
En uno de sus primeros párrafos, Lombardo les dice a sus 11.851 empleados que “nos estamos preparando para una temporada alta record, con una oferta de asientos histórica priorizando las rutas que más beneficio económico nos trae. Estamos compitiendo con empresas de primer nivel y lo estamos haciendo muy bien. La apertura de cielos no nos preocupa, por el contrario, es un incentivo que nos impulsa a seguir mejorando. Todo esto lo estamos haciendo para maximizar nuestros resultados. Pero tenemos por delante un desafío enorme. La industria aeronáutica cambió drásticamente durante la última década y, después de la pandemia, de manera todavía más vertiginosa. Y no solo la industria cambió, también cambió nuestro país”
Para continuar: “La realidad inobjetable es que la empresa no logró resolver sus problemas estructurales y sostiene, desde hace más de una década, un déficit operativo profundo”.
Afirmación que confirma una vez más la falsedad de los resultados que la compañía que dirigía Pablo Ceriani (Lombardo era el director Comercial) pregonó, con ayuda de gremialistas, políticos y hasta candidatos a presidente, durante todo el 2023.
Volviendo a la nota de Lombardo a los empleados, la misma expone que “en un contexto en el que muchos argentinos están haciendo un gran esfuerzo para salir adelante, cada centavo que se aporta desde el Estado para que Aerolíneas subsista tiene que ser y va a ser cuestionado. Esto nos obliga a todos, y a mí en particular, a tomar decisiones difíciles. Puede que no estés de acuerdo con muchas de ellas, pero quiero asegurarles que las voy a tomar con el peso de la responsabilidad que cada una indique. Gracias a las determinaciones que hoy ya estamos tomando, estimamos que en 2024 vamos a reducir a la mitad el déficit operativo. Si lo logramos, será el mejor resultado de los últimos siete años”.
Si bien una reducción de esa magnitud es loable, de nada sirve si no se comprimen los costos de estructura. De nada sirve – al contrario – volar menos con la misma cantidad de empleados y aviones.
Algo que es correcto en el mensaje de Lombardo, es la conveniencia de que las transformaciones que se logren broten desde adentro de la compañía. “Si no somos nosotros mismos los que nos preguntamos donde podemos mejorar, o que recursos podemos optimizar – sentenció – otros harán esas definiciones”.
A raíz del fideicomiso administrado por BICE Fideicomisos, Aerolíneas Argentinas realizó un balance del ejercicio del primer semestre del año pasado. Estos son algunos datos que permiten aproximarse a la realidad de la empresa:
– Dotación al 30/06/2023: 11.920 empleados. (al 28/02/2024: 11.851)
– Aviones al 30/06/2023: 81 aeronaves (al 28/02/2024: 83)
– Ratio Empleados por avión al 30/06/2023: 147,9 empleados por avión (entre los más altos de la industria)
– Pasivo total al 30/06/2023: 500.927.316.456 pesos (o sea unos 1.951.601.506 dólares)
– Patrimonio neto (negativo) al 30/06/2023: – 42.134.422.369 pesos (o sea unos 164.154.757 dólares)
– Resultado Operativo (Ingresos Operativos menos Gastos Operativos) más gastos Gasto de comercialización y Administración al 30/06/2023 (perdida): – 76.506.105.859 pesos (o sea unos – 298.066.060 dólares)
– Remuneraciones y Cargas Sociales al 30/06/2023 (semestre): 99.229.943.005 pesos (o sea unos 386.597.616 dólares)
– Respecto al tema dotación, habría que agregar que los convenios colectivos son rígidos y anacrónicos, y que los gremios en la empresa son cinco, muy alineados políticamente.
¿Es viable el razonamiento que circuló estos días (básicamente entre sindicalistas) sobre que el plan del gobierno con Aerolíneas Argentinas es provocar su colapso para que luego la compre un “empresario amigo” o “alguna línea aérea del norte”?
¿Quién querría compararla? ¿O acaso no lo intentó ya una vez Néstor Kirchner en 2008 cuando quiso hacer “la gran Eskenazi/YPF” con Juan Carlos López Mena de Buquebus? Quienes conocen, no solo los datos económicos de la empresa, aseguran que la realidad, aunque duela, es que la compañía aun regalada, es cara.
