Volotea espera cerrar los primeros nueve meses del año, con beneficios por € 100 millones. Estas expectativas se basan, en parte, a las ventas que, se espera, totalicen € 550 millones en ese período. Esto supondría, a su vez, una expansión del 25% en el mismo período, pero de 2022. Por otra parte, y a finales de 2023, la compañía espera superar los 55 millones de pasajeros transportados desde que comenzó a operar en abril de 2012. “Estas previsiones positivas se basan en la perspectiva de un aumento de la capacidad de la compañía en 2023 y de una disminución de los costes unitarios, generados tanto por el cambio estructural de la flota a Airbus A320, como por la disminución del precio del combustible, comparado con el año anterior”, indica Volotea en un comunicado. “Estos factores, sumados a la fortaleza de la demanda, permitirán a la compañía volver a la senda de la rentabilidad de manera sólida tras la pandemia”, continúa el texto. Según la propia aerolínea, cimentó las bases de su reactivación desde 2021. Al cabo de 2022, la facturación de Volotea llegó hasta los € 557 millones, lo que representó un incremento del 84% con relación a 2021 y un 26% más con relación a 2019. “Volotea ha registrado unos resultados financieros sólidos en el primer semestre del año y está muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Esto ha sido posible gracias a una estrategia flexible y eficiente que ha aprovechado la consolidación de la demanda, el cambio estructural de la flota A320, y el descenso del precio del combustible. Somos optimistas en cuanto a los resultados de 2023: vamos a mejorar nuestra capacidad y generaremos márgenes históricos para una compañía con poco más de diez años de vida”, comentó Carlos Muñoz, CEO de Volotea.
