La sustitución de combustibles fósiles tradicionales por los SAF (Sustainable Air Fuels, Combustibles Sustentables de Aviación), es una de las claves de la descarbonización de la industria. Si la producción de los SAF no crece en la medida que se incrementa la demanda, todo el proceso se interrumpirá. Por eso no es menor la denuncia de IATA, respecto de que la producción de SAF en 2022 creció apenas un 0,1%. Como contraparte, vale señalar que la producción de SAF se ha quintuplicado notablemente en los últimos tres años, lo que indica una demanda sólida. “Durante 2022, el precio medio estimado del SAF se situó en torno a los 2,600 dólares/tonelada, aunque con diferencias significativas entre regiones. Esto es aproximadamente tres veces más alto que el precio del combustible convencional para aviones”, indicó la Asociación. “El aumento de los niveles de producción y la expansión de la combinación de materias primas deberían ejercer una presión a la baja sobre los precios de los SAF, cerrando progresivamente la brecha con el combustible para aviones de origen fósil y aliviando la carga financiera de las aerolíneas”, continuó IATA. “Para lograr un aumento sustancial de la producción de SAF, se requiere colaboración entre los gobiernos y los actores clave de la industria. Dichos esfuerzos allanarán el camino para políticas estratégicas sincronizadas a nivel mundial, ofreciendo incentivos y facilitando las inversiones necesarias para lograr la expansión de la capacidad y la producción de SAF a tiempo para que la aviación cumpla su compromiso de emisiones netas cero para 2050”.
