El viernes pasado ITA sorprendió al anunciar la “suspensión temporal” de todas sus operaciones.
En un escueto comunicado, la empresa informó que la decisión se tomó para llevar a cabo una “reestructuración interna” sin especificar cuánto duraría la mencionada tarea.
La aerolínea cuenta con 4 aeronaves y tenía 513 vuelos programados para despegar entre 17 y el 31 de diciembre, según datos de la ANAC (Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil).
ITA comenzó a operar a fines de junio y operaba en los aeropuertos de São Paulo-Guarulhos (SP), Brasilia (DF), Belo Horizonte-Confins (MG), Rio de Janeiro-Galeão (RJ), Porto Alegre (RS), Porto Seguro (BA), Salvador (BA), Curitiba (PR), Fortaleza (CE), Florianópolis (SC), Maceió (AL), Natal (RN) y Recife (PE).
El comunicado de Itapemirim sólo decía que quienes tuvieran viajes programados para los próximos días debían ponerse en contacto por correo electrónico falecomaita@voeita.com.br.
La asociación brasileña de defensa de los consumidores notificó a Itapemirim Transportes Aéreos pidiéndole explicaciones por la suspensión de sus servicios e informó que la compañía podría ser multada con hasta 2 millones de dólares, según lo previsto en el Código de Defensa del Consumidor.
Por su parte, la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) emitió una nota este martes 21 explicando cómo monitoreó la operación de Itapemirim Transportes Aéreos (ITA) durante los últimos meses. La declaración de la empresa al respecto viene a mostrar el otro lado de la mesa, en medio de una serie de comentarios que ponen en entredicho el trabajo realizado desde la concesión.
Uno de los puntos más importantes de la nota dice que ANAC instó a Itapemirim a reducir la cantidad de vuelos programados, anticipando que no podría atenderlos, aunque la agencia ha autorizado charters a Uruguay, lo que derivó en cancelaciones en la red doméstica regular.
Además, el número de pasajeros transportados fue poco más de la mitad de lo que declaró la empresa a finales de noviembre, indicando manipulación de las cifras.
