Siguiendo los pasos del “Tren a las nubes”, por tierra

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Quienes hayan tenido el privilegio de haber hecho el recorrido del Tren a las Nubes que circula por el mítico ramal C-14 y sus 29 puentes, 21 túneles, 13 viaductos, 2 “rulos” y 2 zigzags, habrán visto desde las ventanas una serie de paisajes y pueblos que atrajeron su atención. Pero una opción que suma cada vez más adeptos, debido a que desde hace unos años el tren realiza un trayecto resumido, es hacer el recorrido en auto, saliendo desde la capital provincial para  llegar hasta los pies del legendario viaducto La Polvorilla, a 4.200 metros sobre el nivel del mar.

La primera parada obligada después de haber recorrido la ciudad de Salta suele ser Campo Quijano, el Portal de los Andes, que marca el inicio de la subida a los andes por la Quebrada del Toro. Allí el principal atractivo es una antigua locomotora a vapor exhibida en la estación, próxima a la plaza Martín Fierro, que contiene un monumento con los restos del ingeniero Richard Maury, constructor del icónico ramal que va hasta los puertos chilenos del pacifico inaugurado en 1948. En el lugar, además, se puede visitar el cenotafio con el arco inconcluso en homenaje a los caídos salteños durante la Guerra de Malvinas.

En la estación no solo se puede vivir la historia del Tren a las nubes. También, por solo 14 pesos, recientemente comenzó a operar un servicio de tren urbano conectando con la ciudad de Salta.

Saliendo de Campo Quijano, vale la pena correrse unos pocos km hasta la capilla de Río Blanco, donde tendrá la oportunidad de tomarse fotos unos de los  puentes ferroviarios más instagrameables del recorrido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ya adentrados en la Quebrada del Toro, continúa el camino que va acompañando a las obras ferroviarias, que junto a los miles de cardones, van adornan los cerros al costado de la ruta.

Siguiendo camino, se recomienda hacer una parada para comer en Alfarcito a 2.800 msnm; con su iglesia y el pequeño museo que cuenta la historia del mítico Padre Chifri y su obra, la cual realizó en cuatriciclo para alcanzar a los lejanos parajes. Aquí también tendrá la oportunidad de encontrarse con las primeras llamas del viaje.

El siguiente paso es visitar Santa Rosa de Tastil, ya a 100 kilómetros de Salta capital. Aquí, se podrá visitar el Museo Regional Moisés Serpa junto a la parroquia de Santa Rosa de Lima, para luego subir al cerro a visitar el sitio arqueológico, que con sus 12 has es uno de los más importantes del NOA,  y sus ruinas en una escenografía andina al 100%. Aquí es un buen momento para empezar a coquear y evitar el mal de altura, típico de esta zona.

El camino de postal continúa subiendo hasta llegar a San Antonio de los Cobres (ya a unos 3.700 msnm), al pie del Cerro Terciopelo, que lleva ese nombre por su apariencia de suave textura, pese a su conformación de durísimas rocas. Este pueblo de casas bajas es la última parada antes de arribar al viaducto. Debe estar preparado durante todo el año, ya que es normal el fuerte viento helado con noches varios grados bajo cero. La estación ferroviaria de San Antonio nos recuerda otros tiempos de gran actividad cuando el único medio de trasporte posible era el tren.

Desde allí, y a sólo 20 km se arriba por tierra del nuevo trazado de la Ruta Nacional N° 40 al viaducto La Polvorilla, que a 4220 msnm puede ver a 60 metros sobre su cabeza el paso de las vías. El puente alcanza a 224 metros de longitud en curva y sin rampa ni barandas superiores, sostenido por sólidos pilares de acero con un peso total de 1600 toneladas. Si su estado físico a esta altura sobre el nivel del mar le permite subir al viaducto, obtendrá fotos y recuerdos imborrables.

Volviendo a San Antonio y sus frías noches –que en invierno llegan varios grados bajo cero– no puede dejar de disfrutar de típicas comidas puneñas que presentan ingredientes tan exóticos para los visitantes como empanadas de quínoa de entrada, y milanesa de llama como plato principal, acompañada de papines andinos. Desde aquí hay varias alternativas de aventura para seguir conociendo esta región de aire limpio y cielos azules increíbles. Una de las posibilidades más frecuentes es salir para conectar tras unas 3 horas de viaje por la puna solitaria con Salinas Grandes. Pero esa… es otra historia.

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