Si en la semana anterior a las elecciones la ansiedad de funcionarios y empleados de Aerolíneas Argentinas pasaba por saber a quien pensaba Daniel Scioli confiarle la conducción de la empresa a partir del 10 de diciembre, después del domingo 25 la incertidumbre se trasladó a tratar de adivinar en quienes estará pensando Mauricio Macri. Y si bien en el caso del candidato del Frente para la Victoria habían trascendido algunos nombres, como su hermano Nicolas Scioli, Alejandro Granados, hijo del intendente de Ezeiza y actual director de la Administración Nacional Argentina de Aviación Civil (Anac) y Luis Pablo Ceriani, gerente de área económico financiera de Aerolíneas, en el caso del representante de Cambiemos nada dejó trascender. Es probable que estén pensando en algún ejecutivo con mucha experiencia, aunque ajeno al sector. Al estilo de GOL, que recurrió al ex presidente de Audi Brasil para encaminar la empresa o TAM que tiene al frente a una ingeniera química que viene de otro sector. “Los que están fuera de la industria suelen estar menos contaminados y ser más innovadores”, opinó un directivo de gran trayectoria en aviación comercial ajeno a la política. Lo único que se sabe de Macri es lo que dijo en el programa de Joaquín Morales Solá el lunes 26: que la empresa seguirá en el Estado pero deberá ser más eficiente. Y lo más importante: “que Aerolíneas tiene que mejorar el servicio y colaborar para que haya más oferta”. Lo que implicaría que no está pensando solo en Aerolíneas sino en el mercado aéreo en general. Más vuelos, más competencia.
