KLM concretó el primer trackeo de un vuelo comercial, en un Boeing B-737, con un Taxibot. En concreto, la máquina fue llevada desde la puerta de embarque hasta la pista. Gracias a esto, los motores del avión pudieron permanecer apagados y no fueron utilizados para el taxi, ahorrando emisiones de CO2 y NOX. El Taxibot se parece a un vehículo de remolque estándar, la única y gran diferencia, es que es controlado por el piloto de la aeronave durante el rodaje y no por el conductor del tractor. Este último solo se ocupa del acoplamiento y el retroceso desde la puerta de embarque y devuelve el Taxibot desde la pista de despegue hasta la puerta de embarque. El Taxibot se desacopla y el piloto enciende los motores de la aeronave para el despegue en la pista. Actualmente, el Taxibot sigue funcionando con un motor híbrido (en parte eléctrico y en parte fósil), aunque en un futuro serán completamente eléctricos. La introducción del Taxibot fue producto de la colaboración entre Schiphol y KLM, LVNL, Transavia, TUI, Swissport, EasyJet y los operadores de servicios de asistencia Menzies, VIGGO, DNATA y KLM Ground Services. Inicialmente, el proyecto se centrará en la flota de fuselaje estrecho: primero el Boeing B-737, más tarde también el nuevo Airbus A321NEO y el Embraer. En definitiva, KLM pretende ampliar el servicio de taxis con un Taxibot en Schiphol en los próximos años. Para lograrlo, se requieren cambios importantes y drásticos en la infraestructura, los procesos y la tecnología. También es importante determinar mediante ensayos cómo se puede integrar el Taxibot en las operaciones diarias y todos los pilotos deben recibir formación para manejar el Taxibot.
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