La compañía low cost sigue con repercusiones, principalmente en redes sociales, debido a reprogramaciones generadas en los últimos días. Desde la compañía indicaron que se trata de acciones comunicadas con anterioridad en el marco del plan correctivo que le acercaron a la Secretaría de Transporte para bajar el número de suspensiones.
En un comunicado, Flybondi dijo que “los vuelos mencionados no corresponden a cancelaciones recientes, sino a adecuaciones realizadas en la programación como parte del Plan Operativo presentado a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC)”. “Esto fue realizado hace dos semanas, informando a los pasajeros en tiempo y forma. Las reubicaciones se gestionaron de manera inmediata”, agregaron.
Además, afirmaron que el plan operativo se encuentra en ejecución y “muestra mejoras significativas en la operación”. Durante la semana del 9 al 15 de diciembre, se realizaron 577 vuelos y la regularidad (vuelos realizados con base en la programación) fue del 100%, según la compañía.
La línea de bajo costo atribuye las cancelaciones y reprogramaciones a problemas operativos vinculados con la disponibilidad de su flota, los cuales, según la empresa, son consecuencia de restricciones en los pagos al exterior.
Aunque las medidas del cepo cambiario se han flexibilizado recientemente, la aerolínea sostiene que las demoras en la cadena de suministro internacional afectan la rapidez en el mantenimiento de sus aeronaves.
Estas dificultades, según Flybondi, han extendido los tiempos de reparación de repuestos críticos de un día a hasta 96 horas, generando trastornos en su programación diaria.
En paralelo a esta situación, los trabajadores argentinos de la compañía representados por la Asociación de Tripulantes Aéreos de Flybondi (ATAF), han denunciado desigualdades laborales respecto sus pares extranjeros contratados bajo el régimen ACMI (Aircraft, Crew, Maintenance and Insurance).
Según denuncias de ATAF, los capitanes contratados bajo el régimen ACMI vuelan en promedio 80 horas mensuales, mientras que los capitanes argentinos apenas alcanzan las 53 horas.
Además, – denuncian – los pilotos extranjeros reciben mejores condiciones en términos de transporte, alojamiento y alimentación, lo que, según el sindicato, genera un clima de «descontento generalizado» dentro de la compañía.