Hungary Airlines es el nombre, aparentemente, del emprendimiento húngaro, según la prensa, tras el cual están capitales chinos. La idea es instalar una nueva compañía aérea en el mencionado país. La aerolínea se basaría en Budapest y para operar se acaba de cursar un pedido por 100 aviones Boeing B-737MAX. Otro detalle que trascendió es que el CEO de la compañía sería el empresario chino Duan Bo. No hay más información cierta por lo que únicamente cabe hacer especulaciones. Pensando en cubrir los vuelos de cabotaje húngaro y regionales (países de los alrededores), la flota comprometida parece enorme. Porque, por otra parte, no parece haber una demanda tan intensa hacia y desde Hungría. La cuestión cambia si se pasa a considerar a Sofía como un hub desde donde, por ejemplo, volar a China. En ese caso sí, la flota tiene más sentido si lo que se busca es utilizar a la capital húngara como trampolín y conectar la mayoría de las ciudades importante occidentales, con China, mediante una sola escala. Hoy el gran problema es que Rusia respondió al cierre de los cielos europeos a sus empresas, con su propio cierre.
De modo que, para volar a China, las aerolíneas europeas no pueden hacerlo a través de los cielos rusos y deben tomar un desvío por el sur de Asia, demorando los vuelos. El proyecto de Hungary Airlines podría venir a subsanar esto siempre y cuando complemente los MAX con un modelo de mayor envergadura de fuselaje ancho que podría constituir un segundo pedido. Hablamos obviamente de los Boeing B-787 o los Airbus A350 o A330NEO. El gran escollo a toda esta lógica es que la empresa debería constituirse como una empresa húngara y por lo tanto de la Unión Europea: de modo que esto no evitaría enfrentar el veto ruso, aunque sus capitales fueran oriundos de chinos.