El viernes pasado se publicó en el Boletín Oficial, la Disposición 4/2024 de la Subsecretaría de Transporte Aéreo del Ministerio de Economía, que autoriza a la compañía chilena SKY Airline a operar servicios regulares de transporte aéreo de pasajeros y carga en la ruta Santiago de Chile-El Calafate-Santiago de Chile. Hasta aquí nada extraño.
Lo llamativo fue la “alegría” que generó en el Gobierno y la difusión que obtuvo dicha autorización en los más importantes medios nacionales.
Según detalla la disposición, la autorización se enmarca en los acuerdos bilaterales vigentes entre Argentina y Chile, que incluyen el Memorándum de Entendimiento y el Acuerdo sobre Servicios Aéreos firmados por ambos países en abril de este año. Estas normativas establecen las condiciones para la operación de servicios aerocomerciales entre las dos naciones y contemplan la designación de transportadores autorizados por sus respectivas autoridades aeronáuticas.
La aerolínea había anunciado los vuelos (de temporada) ya en agosto de este año.
Pero, digamos todo, se trata de un anuncio que bien se podría haber logrado sin “memorándum” mediante. Más allá de ello, bienvenidos más vuelos.