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Fin al monopolio que obligaba a funcionarios y empresas del Estado a contratar los servicios de Aerolíneas Argentinas

Se conoció este martes el decreto 747/2024, firmado por Javier Milei, Guillermo Francos, y Federico Sturzenegger, que deroga la obligación para funcionarios y directivos de empresas públicas (incluidos asesores y terceros que viajen con pasajes financiados por el Estado) a contratar, a través de la agencia Optar, los servicios solo de Aerolíneas Argentinas (y Austral, cuando existía) tanto para volar dentro del país como al extranjero.

El decreto elimina también privilegios similares respecto a Nación Seguros, YPF, Banco Nación y Optar.

Empresa, esta última, que nació como operadora mayorista de turismo de Aerolíneas Argentinas – a imagen y semejanza de la exitosa Sol Jet de Austral – aunque nunca llegó a tener mucho vuelo, pero que sirvió muchas veces para derivar negocios o como reducto político. Como en los últimos años, donde lo único que hacía era canalizar los pedidos de pasajes que organismos y empresas públicas requerían necesariamente de Aerolíneas.

No obstante su rol de intermediaria, del informe de auditoría sobre los estados contables al 31/12/2023 se desprende que a esa fecha se reconocía una pérdida neta de $ 105.397.322, y que el patrimonio neto era negativo en $ 2.066.732. Los resultados no asignados acumulaban pérdidas por $ 3.753.758.816 y el capital de trabajo presentaba un déficit de $ 81.235.093. A su vez, en la misma nota señala que el déficit recurrente ha generado la necesidad de que su accionista realice los aportes suficientes para permitir que la misma continúe operando como una empresa en funcionamiento.

La ley 1191 que estableció este monopolio en 2012, durante la presidencia de Cristina Kirchner, solía generar innumerable conflicto con los funcionarios, especialmente de mayor jerarquía, cuando el vuelo de la empresa estatal no era el más directo, cómodo y en el horario adecuado para las necesidades – o deseos – del burócrata de turno. Por ejemplo, los frecuentes vuelos a Washington o Ginebra que obligaba a hacer rodeos y/o incomodas conexiones a los funcionarios al no tener Aerolíneas vuelos directos. Ni hablar del servicio business. “Inconvenientes” que se resolvía vía excepción, como pueden dar cuenta muchos ministros de Economía y Cancilleres.

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