La prohibición de vuelos cortos es “injustificada” contra el cambio climático

0
160

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) considera injustificadamente pequeña la contribución a la lucha contra el cambio climático la prohibición de los vuelos cortos en relación con las molestias que suponen para los viajeros, para la libertad, la democracia y la economía.

“Los empleadores tienen la libertad de gestionar sus empresas como mejor les parezca. Sin embargo, la prohibición de los vuelos cortos supone un alejamiento radical de las políticas económicas liberales e impulsadas por el mercado que generalmente se asocian con el sistema libre y democrático del mundo para que los estados determinen la elección de los consumidores de esta manera”, ha proclamado la IATA.

“Este hecho no escapó al escrutinio de la Comisión Europea (CE), que argumentó que la prohibición de los vuelos cortos constituía una desviación del derecho de las compañías aéreas europeas a explotar libremente servicios aéreos dentro de la UE. Sin embargo, después de considerarla, la CE decidió que la medida era apropiada y Francia podía introducir la prohibición”, reconoce IATA.

Ahora, un informe emitido por la Unión de los Aeropuertos Franceses (UAF) concluye que la prohibición de vuelos interiores en Francia, para los cuales existe una alternativa en tren de menos de dos horas y media, ha resultado en la pérdida de cerca de un millón de pasajeros anuales.

El pasado mes de junio, el Gobierno francés prohibió los vuelos nacionales directos que podrían ser sustituidos por un tren. La prohibición, aceptada por la CE e implantada en Francia con carácter temporal por tres años, ha servido como referencia a otros países como España.

Pero IATA previene asegurando que “antes de que más países sigan el ejemplo francés, se debe comprender el impacto climático de la prohibición francesa que se refiere únicamente a tres rutas, desde el aeropuerto de París-Orly a Nantes, Burdeos y Lyon”.

“Según el Gobierno francés, el total de vuelos nacionales en Francia no genera más del 4% de las emisiones de CO2 del transporte del país. Hasta que se propuso la prohibición en 2021, las tres rutas afectadas representaban apenas el 0,002% de todos los vuelos y aproximadamente el 4% los vuelos nacionales en Francia. Se cortaron operaciones ya a partir de ese año, aunque la prohibición no se implementó hasta 2023”, indica IATA.

Y añade que “Le Monde estimó que la prohibición redujo las emisiones de CO2 del transporte en Francia en un 0,12% si se sustituye completamente por un transporte sin emisiones. Sin embargo, si los pasajeros viajaran en autocar o en coche, la reducción de las emisiones netas de CO2 sería aún más pequeña”.

Para la IATA, “esta contribución a la lucha contra el cambio climático y la creación de resiliencia, objetivo declarado de la prohibición, es injustificadamente pequeña en relación con las molestias que suponen para los viajeros en dichas rutas”.