¿Son las low cost menos seguras que las legacy? Responde el especialista en temas aeronáuticos Carlos Vázquez

0
1411

A raíz de un incidente de una aeronave B-737/800 de Flybondi en el aeropuerto de Mar del Plata hemos visto a muchos pilotos de APLA o miembros de otros sindicatos oficialistas (de Aerolíneas Argentinas, se entiende) denostar la seguridad de la aerolínea Low cost. Su intención es buscar concientizar a los pasajeros por los “malos o laxos” procedimientos de seguridad de las aerolíneas de bajo costo.

Lo primero que habría que decir, es que no existe una estadística seria en el mundo que nos permita inferir que la seguridad operacional de las aerolíneas low cost es peor o inferior al resto de las aerolíneas (legacy). Esto ya no se discute en la industria aérea, ya que dichas afirmaciones demuestran desconocer cómo funciona la industria, ni las regulaciones de esta.

Yendo a análisis de nuestro país, estos mismos voceros de las “desgracias de las líneas aéreas de bajo costo” omiten decir que la flota más moderna en Latinoamérica y en el país, es JetSmart, con un promedio de edad muy inferior al de Aerolíneas Argentinas.

Ahora bien, los incidentes que estos voceros le reclaman a Flybondi son básicamente dos. Ambos son un incidente denominado “tail strike” que es un evento en el cual la parte trasera de un avión golpea la pista.  Esto puede suceder durante el despegue de un avión si el piloto tira demasiado de la palanca de mando, haciendo que la parte trasera del fuselaje entre en contacto con la pista. También puede ocurrir durante el aterrizaje si el piloto levanta el morro de manera demasiado agresiva. Esto suele ser el resultado de un intento de aterrizar lo más cerca del umbral de la pista.

Este incidente es muy poco probable que traiga algún riesgo físico para los pasajeros, y está previsto por los fabricantes, que deben realizar pruebas al respecto antes de la certificación de las aeronaves.

Con estas consideraciones al respecto podemos analizar los acontecimientos. Flybondi desde que comenzó a operar en el país, ha tenido dos acontecimientos de tail strike: a) El 16 de julio del 2018 la aeronave B-737/800, matrícula LV-HQY, en el Aeropuerto de Iguazú (Prov. de Misiones), b) El 6 de enero del corriente año la aeronave B-737/800, matrícula LV-KJE, en el Aeropuerto Internacional “Astor Piazzolla” de la ciudad de Mar del Plata.  Estos hechos han ocurrido y deben ser investigados.

Lo que llama la atención es que los “voceros de los nefastos procedimientos de seguridad de las low cost” hayan callado en hechos similares en la principal línea aérea del país, a saber: • El 22 de octubre del 2013, la aeronave A-340/300, matrícula LV-CEK, el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Ministro Pistarini • El 13 de febrero del 2017 la aeronave B-737/800, matrícula LV-FUA, en el Aeropuerto Internacional Aeropuerto Internacional San Carlos de Bariloche. Parece que existe una doble vara para analizar los sucesos / incidentes / accidentes en el país, o por lo menos así lo ven los gremios de Aerolíneas Argentinas.

La Junta de Investigaciones del Trasporte, no ha puesto el mismo énfasis en realizar análisis sobre la línea área en poder del estado, así puede verse en muchos casos que, de no salir en los medios, hubieran sido ignorados. La seguridad del Transporte aéreo es suprema, y debe preservarse en todos sus aspectos, sin discriminar o hace consideraciones sobre quiénes son los dueños ni lo organismos gubernamentales que están incluidos.

La seguridad del Transporte aéreo no tiene dueños, solo reglas que deben ser respectadas y responsables que deben estar capacitados para llevarlas a cabo.