La justicia pide investigar a un extitular de la ANAC por irregularidades en una licitación

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El pedido de investigación lo pidió el fiscal Diego Luciani, al tiempo que rechazó el pedido de conciliación formulado por la defensa del apoderado legal de una empresa de aviación involucrada en la maniobra. La solicitud alcanza a Alejandro Granados – hijo del histórico intendente peronista del partido de Ezeiza y empresario – y a otros funcionarios públicos y particulares que habrían perjudicado a la Administración Pública.

La sospecha del titular de la Fiscalía General N°1 ante los Tribunales Orales Federales de la Capital Federal, es que los funcionarios habrían incurrido en irregularidades en el marco de una licitación para la adquisición de aeronaves.

El representante del Ministerio Público Fiscal realizó esa solicitud al rechazar en planteo de extinción de la acción penal por aplicación del instituto de la conciliación, que fuera efectuado por la defensa de Leonardo Luis Barone. El imputado, que era apoderado legal de la empresa Global Jet Aviation S.A., habría defraudado a la ANAC en $5.580.442 al utilizar pólizas de seguro de caución falsas que presentó en el expediente de adjudicación de la licitación.

Barone es el mismo que tomó notaría por haber sido parte interesada – muy interesada para algunos – en toda la negociación para proveer de un avión a presidencia. Concretamente, el B757-200 que compró Alberto Fernandez casi al final de su mandato y que estoy está estacionado en Aeroparque. Es más, Barone era uno de los dos pilotos del vuelo rasante y a baja altura en Aeroparque cuando el avión llegó a la Argentina.

De acuerdo a la presentación efectuada por la fiscalía, además de la imputación endilgada a Barone, en el caso “se detectaron hechos y conductas que no fueron objeto de estudio durante la instrucción de la causa y que ameritan realizar una profunda investigación en torno a la posible comisión de delitos de acción pública por parte de los funcionarios de la ANAC y particulares que participaron en la maniobra”.

En el marco del Programa Nacional de Fomento a la Aviación Civil Argentina, el 1° de julio de 2013 el administrador de la ANAC autorizó el llamado a licitación pública por una suma estimada de $ 7.454.560, para la adquisición de diez aeronaves para instrucción básica y deportiva.

La adjudicación recayó en Global Jet Aviation S.A., una empresa constituida pocos días antes del llamado a licitación y que carecía de clientes, balance y antecedentes comerciales en el rubro, la cual proveería aviones fabricados por Proyecto Petrel, una firma que fue creada para concretar una iniciativa del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), para diseñar, desarrollar, construir y certificar un avión ligero para escuelas de vuelo, aeroclubes y aviación deportiva. En ese entonces, Proyecto Petrel sólo tenía construido un prototipo de aeronave.

En base al análisis de las diversas pruebas recolectadas y de las bases de datos consultadas, el fiscal Luciani entendió que “se trataría de una licitación claramente direccionada a un oferente en particular”, lo que evidenciaría “la ilegalidad de la convocatoria y la consecuente responsabilidad de los funcionarios públicos (en especial, Granados) y los particulares que participaron”.

También indicó Luciani en su denuncia que la causa revela que «se trató de una licitación simulada. Podríamos decir que, más que una licitación, hubo una financiación, por parte de la ANAC, de la construcción de un nuevo tipo de avión” y que “es claro que se trató de una licitación simulada para poder contratar a la empresa destinataria del financiamiento”.

En esa línea, el fiscal Luciani concluyó que «existen elementos que ameritan una investigación amplia de la actuación de los funcionarios públicos y los particulares –no elevados a juicio– que intervinieron en el trámite licitatorio”.

Vale recordar que Granados asumió su cargo al frente de la ANAC después de un paso por el ORSNA – gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner – sin tener ningún tipo de experiencia en el sector aéreo, excepto – según la humorada de la época – por haberse criado en el Partido de Ezeiza donde veía pasar sobre su cabeza los aviones.