La semana pasada, ya a bordo del vuelo de KLM que nos llevaba de regreso a Buenos Aires vía Ámsterdam desde Ginebra tras el IATA Global Media Day, llamó la atención un comentario de la tripulación que nunca antes había escuchado: estaban prohibidas las fotografías a bordo sin permiso con el objetivo de proteger la privacidad del personal y los pasajeros.
Buscando información al respecto, es una práctica que se está implementando en varias de las principales compañías del mundo. La última en anunciarlo fue Qantas.
Los viajeros necesitarán consentimiento para filmar a otros pasajeros o al personal de la aerolínea a bordo de un avión de Qantas. Según la sección 12 de ‘Conducta durante el vuelo’, que forma parte de las condiciones de entrada de la aerolínea, los pasajeros ahora deben «pedir consentimiento antes de filmar o fotografiar al personal, contratistas u otros clientes del Grupo Qantas».
Sin embargo, a los viajeros se les permitirá hacer fotografías y vídeos de las vistas cuando estén a bordo. Pueden hacerse selfies, pero necesitarán permiso si las fotos y vídeos muestran a otros pasajeros.
«Sabemos que muchos de nuestros clientes quieren filmar y fotografiar su viaje y nuestra política está diseñada para garantizar que puedan hacerlo de forma segura y respetuosa», dijeron desde la compañía australiana.
Qantas se une a otras compañías como la alemana Lufthansa, Virgin Atlantic y las principales aerolíneas estadounidenses, que tienen estrictas políticas acerca de las fotos que puedan captar a personal de sus firmas o a otros pasajeros.