La disputa legal se inició cuando la aerolínea demandó al fabricante por problemas de degradación de la superficie de los Airbus A350 adquiridos por la compañía.
Y si bien otras aerolíneas habían visto problemas similares, la controversia se resolvieron en silencio. No fue el caso de la empresa que hasta dentro de unos días encabeza Akbar Al Baker, como director ejecutivo. Qatar, en cambio, rechazó las entregas de aviones por pequeñas imperfecciones en la cabina. El caso llegó a un tribunal de Londres, mientras que la autoridad de Aviación Civil de Qatar dejó en tierra los aviones afectados.
Se sugiere que, Al Baker, de 62 años, el director ejecutivo actual más longevo de una aerolínea y quien convirtió a Qatar Airways en una importante línea aérea, tras adquirirla con sólo unos pocos aviones en su flota, no se marchó voluntariamente. Lo que no está claro hasta donde la disputa con Airbus y su tozudez fue el motivo principal.
Odiado y admirado al mismo tiempo, tras su salida Qatar Airways tendrá que reinventarse. Al Baker lo decidía todo. Incluida esta prolongada disputa de la que no estaban de acuerdo ni siquiera sus principales colaboradores. Qatar no podía prescindir de un de los dos grandes fabricantes que hay en el mundo.
