Una decisión del Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos en Nueva York ha ampliado en otros cien días el tiempo para que la aerolínea escandinava pueda resolver sus problemas financieros y salir de la quiebra.
Se trata de la segunda vez que SAS no cumple con el plazo que disponía para presentar un plan para salir de la quiebra. En abril pasado ya había solicitado una prórroga. SAS tiene un plan en varias partes: por un lado, conseguir que sus gastos e ingresos sean compatibles con una compañía aérea con futuro, lo cual pasa por reducir sus costes, y, por otro, obtener el apoyo económico de algún inversor para poder devolver algo del dinero que debe.
Las prórrogas que da el juez, obviamente, se basan en que los resultados que va presentando la compañía no son malos, aunque no tenga aún el dinero para salir definitivamente de la crisis. En estos momentos, la dirección de SAS ha lanzado una campaña para captar inversores, quienes tendrán que demostrar su interés antes del 18 de septiembre, fecha que puede ser clave para la salvación o, por el contrario, el cierre de la aerolínea.
La aerolínea está centrada ahora mismo sus esfuerzos de gestión en reducir flota y conseguir mejores precios en los leasings de muchos de sus aviones.