Crucero a la Antártida, verdaderamente la última frontera

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Conocer la Antártida es una idea que muchos tienen, pero que si usted no es militar o científico, la única y cara alternativa que tendrá será la de realizar un crucero. Esta experiencia será una aventura de lujo, no solamente por el destino en sí, sino por el servicio que se presta a bordo de las distintas compañías que cada verano parten desde Ushuaia. Y es que vivir en Argentina representa una ventaja sobre la mayoría de los pasajeros que provienen de Europa, Estados Unidos, y cada vez en mayor medida, de China, quienes a todos sus gastos deberán incluir viajar hasta la capital de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Esta situación nos da una ventaja, ya que al estar a solo a un par de horas de vuelo de Ushuaia, se pueden conseguir lugares en los cruceros “de último minuto” por el 50% del valor que han pagado sus compañeros de aventura. Eso sí, le tocará compartir el camarote con otros turistas no tan afortunados económicamente al igual que usted, aunque la experiencia bien lo vale.

Entonces, una vez decidido a invertir una pequeña gran suma de dinero, será cuestión de averiguar las opciones disponibles en el verano austral, las cuales son con pensión completa, y dependiendo de la tarifa, también con barra libre. La mayoría de las opciones son de 8, 12 y 14 días, de los que hay que descartar 48 horas enteras de cruce del paso de Drake de ida y otras tantas de vuelta, en donde no será necesario preocuparse por el casi garantizado y famoso mal clima. Es muy posible que su barco haga una escala en el viaje de ida en el puesto militar y faro de la Isla en donde se encuentra el Cabo de Hornos, donde podrá conocer las instalaciones y el punto más austral del continente americano. Algunas opciones de más días incluyen también escalas de pocas horas en las Islas Malvinas y en las islas Georgias, (aunque este autor no piense ir mientras nos sigan solicitando pasaporte para visitar nuestras islas).

Una vez en el barco, no deberá preocuparse por nada más que disfrutar de una experiencia única, en donde por acuerdos establecidos en el Tratado Antártico para no alterar en demasía el ambiente, los más de 55.000 turistas que hacían este viaje en pre pandemia, lo realizaban en embarcaciones de solo 100 pasajeros aproximadamente, quienes a su vez coordinarán para que los distintos barcos no coincidan en el continente blanco. El servicio hotelero será de primer nivel, con opciones si el clima lo permite, de almorzar en cubierta con vistas 360° o en el restaurante principal. También tendrá la posibilidad de disfrutar de un bar para disfrutar de un buen trago mirando los hielos eternos, o solicitar que habiliten un jacuzzi exterior.

El personal encargado de la hotelería procede de los más diversos países, por lo que siempre es posible encontrar quien hable español, ya que el resto del barco, tantos turistas como el personal solo hablaran inglés. En mi experiencia en el barco de la empresa Quark Expedition, la tripulación era rusa, quienes pasan su vida realizando viajes al ártico o a la Antártida en el verano boreal y austral. También, contará con una “tripulación científica” de procedencia británica, la que tendrá entre sus filas a historiadores (con una visión colonial), biólogos y geólogos, quienes no solamente realizarán charlas diarias para explicar el contexto a visitar, sino que serán los mismos que guiarán los zodiacs, ya que en estos gomones son fundamentales para realizar las dos excusiones diarias propuestas si el clima acompaña.

¿Qué esperar de las actividades? Si bien es necesario llevar buena, impermeable y cómoda ropa de abrigo, le prestarán unas fundamentales botas y le entregan una campera acorde que podrá conservar a su regreso. Está programada una salida a la mañana y otra a la tarde después del almuerzo, la que puede ser solo en zodiac, o con desembarco incluido. Aquí podrá visitar alguna Base Antártica Argentina, hacer caminatas en los hielos eternos o fresca nieve, y podrá conocer de cerca diversas clases de pingüinos, focas, orcas, ballenas jorobadas e infinidad de aves.

Solo hay un par de posibilidades de excursiones extras, las cuales tienen su costo y su cupo de pasajeros. Una es la posibilidad de hacer salidas en kayak entre los témpanos, la segunda y muy recomendable, es realizar “vivac” acampando sobre la nieve gracias al equipo que le brindarán, y donde podrá apreciar su barco desde afuera, y donde las noches blancas serán una realidad.

Otra actividad posible será su “bautismo antártico”. ¿Y cómo es eso? Simplemente zambullirse en las aguas del mar antártico, el cual está a solo 5 °C para celebrar haber conocido un nuevo continente. No se preocupe, hay médico a bordo. Tenga en cuenta que le entregarán un certificado de “Antartic Polar Plunge” firmado por la tripulación y le tomarán fotos para que a su regreso le crean la historia. Pero lo más importante es que estará garantizado un trago de vodka para celebrar.

En definitiva, este viaje será una experiencia para recordar de por vida, con hielos y paisajes inigualables, y acompañado de una fauna no acostumbrada a los humanos, y por lo tanto muy fotogénica.

Por último, si bien la recomendación es arribar a Ushuaia por lo menos el día anterior a que zarpe el barco, será una buena opción sumar unos días para disfrutar todo lo que Tierra del Fuego tiene para ofrecer.

 

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