Miami y Madrid son, históricamente, las rutas internacionales por excelencia desde la Argentina. Ambas padecieron las inclemencias de la primera ola de la pandemia, pero mientras la ciudad europea, como el resto del continente, aún lucha por despojarse del karma que significa el Covid-19 y mantiene algunas fronteras cerradas, la ciudad norteamericana, también con su entorno, parece haber dejado lo peor atrás y haberse convertido en el destino anhelado, por el sol, las playas, el shopping y ahora…las vacunas.
American Airlines mantiene desde principios de año una frecuencia diaria – algo no habitual en esta época de pandemia – desde abril con B777-200 con capacidad para 272 pasajeros y full casi todos los días. En la industria, esto ameritaría sumar frecuencias, pero se lo impide la norma de ANAC que reduce un 40% la oferta respecto a la que tenían en enero. Aunque no está confirmado, posiblemente la empresa vuelva a poner en esta ruta a partir de junio los B777-300, lo que implica 31 asientos más por vuelo.
Aerolíneas Argentinas, la otra compañía que ofrece vuelos directos desde Buenos Aires a Miami y opera actualmente 6 frecuencias semanales (todos los días, excepto los martes), acaba de confirmar dos nuevas frecuencias los jueves y domingos, a partir de junio. Todos con A330-200 con capacidad para 270 pasajeros.
Sin contar el aporte a la ruta que ofrecen otras compañías con vuelos con una escala, como Latam, COPA o BoA, por ejemplo, las empresas estadounidense y argentina ofrecen semanalmente 4.064 asientos (4.281 si se confirma el regreso del B777-300 en junio), que solo ocupan pasajeros argentinos. Pero con dos datos aún más alentadores para las aerolíneas: la ocupación, que es muy alta, y las tarifas hoy están en dólares por arriba de las que regían en la prepandemia.
