El deterioro de la situación sanitaria en varios países de la región, más la escases de argentinos inmunizados por falta de vacunas, condujo la semana pasada a una enérgica discusión dentro del Gobierno sobre qué otras medidas adoptar a partir de la nueva prórroga del Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO), que comenzó a regir el 13 de marzo y se prolongará hasta el 9 de abril. Pese a la preocupación por el ingreso de las mutaciones del Covid-19 que circulan de manera comunitaria, especialmente en Brasil, se decidió no introducir cambios respecto a la norma anterior, excepto en lo que tiene que ver con los vuelos al exterior, situación que generó discusiones en el Gabinete que debió zanjar, el viernes, en el Comité de Vacunación, el propio presidente de la Nación. La decisión, finalmente, fue la de restringir entre un 10% y un 30% la cantidad de vuelos habilitados hacia Europa, Brasil, Chile, Estados Unidos, México, Perú, Ecuador, Colombia y Panamá. Penalidad que se agrega a las limitaciones vigentes desde febrero, aunque lejos del cierre total de fronteras que sugería el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán.
Lo que se acordó, también, es que los encargados de establecer y determinarán los cronogramas de vuelos y la cantidad de pasajeros que ingresan al país provenientes desde esos países, serán la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), la Dirección Nacional de Migraciones y el Ministerio de Salud, quienes en principio determinaron que los vuelos hacia México, Europa, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Chile se reducirán el 30%, a Brasil el 20%, y a Estados Unidos el 10%.
Limitaciones que se suman a las inauguradas en febrero de un 30% en los vuelos a Estados Unidos, Europa y México y del 50% a Brasil. Cifras y destinos que podrán actualizarse de acuerdo a la evolución sanitaria de cada país.
La medida fue criticada no solo por los responsables de la industria en el país, inclusive por funcionarios en off the récord, sino por todos los organismos internacionales vinculados a la aviación comercial.
Obviamente las reducciones de frecuencias no son inocuas para las aerolíneas, en particular Aerolíneas Argentinas, las brasileñas y las de Estados Unidos, pensando especialmente en el feriado de Semana Santa. En el caso de la empresa argentina la ruta más afectada es Miami, al punto que casi no tiene cancelaciones en lo que va del año. Con el resto, reconocen en la empresa, más o menos se acomodan.
No obstante, como consecuencia de la Decisión Administrativa Nº 219/2021, Aerolíneas se vio obligada a cancelar una serie de vuelos: a Rio de Janeiro los servicios de los días 16, 20, 22, 27 y 29 de marzo y 3, 4, 5 y 11 de abril; a San Pablo del 17, 18, 21, 23, 24, 26 y 30 de marzo y 6, 8 y 9 abril; a Florianópolis del 17, 24 y 31 de marzo; a Santiago del 23, 25, 30 de marzo y 1, 6, 8 y 11 de abril 2021; a Miami 27 de marzo y 2, 8 y 11 de abril y sus regresos al día siguiente, y a Madrid 21 de marzo y 7 de abril con regresos el 23 y el 8.
Otro objetivo de la medida, está claro, es desalentar más aún la salida de argentinos al exterior (para los extranjeros las fronteras están cerradas desde diciembre) por lo que no solo se restringen los vuelos sino que, según trascendió, se busca implementar otras medidas disuasivas como que el viajero deba pagar los análisis de PCR a su regreso, también la estadía en un hotel para hacer la cuarentena que se defina para los viajeros provenientes de las zonas más calientes de la enfermedad.
