El Departamento de Transporte (Departament of Transport, DOT) del Reino Unido dispuso el cierre de fronteras, desde el pasado 15 de enero, para pasajeros provenientes de Centro y Sudamérica, Portugal, Panamá y Cabo Verde. Pero, además, y desde esa fecha, a todos los ciudadanos británicos que regresen al país y hayan visitado cualquiera de estos destinos “prohibidos”, deben realizar una cuarentena de 10 días. “La medida responde a nuevas pruebas que destacan la probable propagación de una nueva variante de coronavirus en América del Sur y en países con fuertes vínculos de viaje con Brasil”, explica el comunicado de la dependencia oficial.