Muchos consideramos los aviones como una de las máquinas más nobles que ha desarrollado la Humanidad. Esta semana una nueva prueba de ello se produjo en el Mar Egeo. Cerca del complejo turístico de Kusadas, en Turquía, fue hundido un viejo Airbus A300 para incentivar la creación de un arrecife artificial que promueva la biodiversidad marina, así como producir un atractivo turístico relacionado con el buceo. El A300 tiene un largo de 54 metros, por 44 de envergadura y se llevó hasta el lugar desarmado en cinco piezas y se lo sumergió a una profundidad de entre 20 y 25 metros. Para sumergir el avión se usaron grúas, maquinaria de construcción pesada y globos flotantes, hasta lograr hundir la aeronave con la ayuda de buzos. Con 36 años de antigüedad, la nave fue comprada por la ciudad de Aydin a una compañía privada de aviación por US$ 93.000.
