Aunque estas medidas de fuerza nada tienen que ver con los reclamos que este martes llevaron a UALA y APLA a cancelar unos 50 vuelos en Aerolíneas y Austral. El lunes APLA había anunciado un paro para este martes que se sorteó porque el Ministerio de Trabajo dictó en tiempo y forma la conciliación obligatoria. El conflicto no está relacionado, como en Aerolíneas, a problemas salariales sino al despido de cuatro pilotos que afectaron, según trascendió, la seguridad operacional de la compañía. El gremio cuestiona en un comunicado la falta de autoridad moral de la empresa ya que “producto de sus sistemáticos incumplimientos, los directivos de la compañía aplican las máximas sanciones a los pilotos del sector sin siquiera otorgarle la posibilidad de defenderse”. La empresa no está pasando por su mejor momento. Hace unos días debió suspender una de sus rutas más importantes que unía Rosario por Córdoba, para después continuar a Mendoza, Neuquén y Comodoro Rivadavia. Aerolíneas, que había bloqueado hace unos meses la posibilidad de pasar Sol de turbohélices a jet, ahora ponía en el tramo Rosario-Córdoba los Embraer a competir con los Saab. La decisión no solo trajo la suspensión de la ruta en la que volaba desde su nacimiento en 2006, sino también cerrar -y por lo tanto despedir personal- las oficinas en Córdoba. Lo llamativo es que SOL y Aerolíneas firmaron el año pasado un acuerdo de complementación
