La semana pasada, en su discruso durante la conferencia International Society of Transport Aircraft Trading (ISTAT) Americas, Willie Walsh, director de la IATA, expresó que la industria aérea tendrá que revisar su objetivo de cero emisiones netas para 2050.
«Tendremos que revisarlo; no estamos logrando un progreso tan sólido en [combustibles de aviación sostenibles] como pensábamos. Habrá que hacer una reevaluación», añadió Walsh. «Habrá aerolíneas que digan que no podemos lograrlo. La industria estará un poco más fragmentada». También pronosticó que algunas aerolíneas que se comprometieron con los objetivos de SAF para 2030 «lo lamentarán». La IATA se ha opuesto firmemente a los objetivos provisionales, dada la incertidumbre sobre el aumento gradual de la producción de SAF.
La IATA, como organismo de la industria, se comprometió con el objetivo de cero emisiones netas en su reunión general anual celebrada en Boston en 2021. En aquel momento, asumió que se podría avanzar más rápidamente en el aumento gradual de la producción de SAF a nivel mundial, ya que este contribuye aproximadamente con dos tercios de los cálculos de reducción de emisiones.
Además, Walsh arremetió contra la Unión Europea por sus políticas ambientales. «La UE está desquiciada en su búsqueda de objetivos ambientales porque está completamente desconectada del impacto económico», afirmó. Describió este enfoque como «un ejemplo de cómo no hacerlo. Europa ha estado excesivamente regulada, lo que la ha vuelto muy poco competitiva». También criticó la falta de transparencia de los políticos sobre el coste de la transición energética.
En cuanto a los nuevos programas de aeronaves, Walsh predijo que «no habrá un cambio tecnológico importante de aquí a 2050». En particular, señaló que el plan de Airbus de introducir un avión de fuselaje estrecho propulsado por hidrógeno para 2035 «nunca iba a suceder. He estado descartando el hidrógeno como parte de la solución si el objetivo es 2050».
¿Será tiempo de promover una nueva meta?