JetBlue debió enfrentar dos duros reveses judiciales en los últimos tiempos. Primero la anulación de la Northeast Alliance (NEA), que la vinculaba mediante un Joint Business Agreement (JBA) con American Airlines, por orden judicial. Y posteriormente, los Tribunales también se manifestaron contra la posibilidad de que JetBlue compre a la low cost Spirit Airlines. Cerrados ambos caminos, la empresa ha decidido dar un golpe de timón y concentrar sus operaciones en sus rutas más rentables, como un modo de garantizar sus beneficios. Por lo pronto, convertirá algunos vuelos regulares en estacionales y por otro lado, abandonará cinco ciudades. En concreto, ya le notificó a su personal en Bogotá, Quito, Lima, y Kansas, que suspenderá sus operaciones y, además, no retomará los vuelos a Newburgh. Además, reducirá las salidas desde Los Ángeles International de aproximadamente 34 por día a 24, se concentrará en vuelos transcontinentales rentables que incluyen su cabina de clase ejecutiva y reducirá la capacidad a San Francisco, Seattle, Miami, Las Vegas, Reno/Tahoe y Puerto Vallarta. JetBlue también reducirá su capacidad desde Fort Lauderdale, Atlanta, Austin, Nashville, New Orleans y Salt Lake City. “Estas medidas nos permitirán redistribuir nuestra flota para aumentar las frecuencias en rutas de buen rendimiento desde las ciudades clave de JetBlue y al mismo tiempo continuar aumentando el tiempo crucial en tierra para nuestros aviones, reduciendo la posibilidad de retrasos para nuestros clientes. Los cambios también nos ayudarán durante un momento en el que la disponibilidad de aviones es limitada, particularmente con algunos de nuestros aviones en tierra debido a inspecciones de motores Pratt & Whitney GTF”, dijo JetBlue. La aerolínea ahora se está centrando en sus rutas “básicas” a lo largo de la costa este, sirviendo a las vacaciones en el Caribe y a destinos europeos.
Tras dos fracasos competitivos, JetBlue da un golpe de timón y se centra en sus rutas rentables
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