El dilema de Southwest Airlines es qué hacer con su flota compuesta solo por aviones B737, es decir que es “Boeing dependiente”. Hacer una transición implicaría, según el director ejecutivo, Bob Jordan, en un evento para inversionistas, tendría un costo prohibitivo.
La información recientemente actualizada de Boeing proyecta 46 entregas del 737-8 para Southwest en 2024, 12 menos que las expectativas anteriores. «No es improbable que ese número ’46’ cambie», señaló Jordan. No es improbable que esa proyección se traslade a 2025”
La aerolínea con sede en Dallas ya no espera la entrega de ningún 737-7 en 2024, cuando esperaba recibir 21 de esta variante aun sin certificar.
«Boeing necesita convertirse en una mejor empresa, confiable , no sólo en las entregas, sino también en la calidad”, cerró Jordan
United Airlines, el mayor cliente de Boeing de 737-10, ya eliminó la variante MAX más grande de su plan de flota y detalló que ese paso significa que le «hemos pedido a Boeing que deje de fabricar el MAX 10 (cosa que han hecho) para nosotros y construya MAX 9», señaló el director ejecutivo Scott Kirby .
“Cuando el MAX 10 obtenga la certificación, los convertiremos nuevamente en MAX 10. Los MAX 10 no están disponibles para nosotros hasta que no obtenga la certificación”, añadió, describiendo el cronograma para la certificación como “imposible decir cuándo”.
La aerolínea espera recibir 56 MAX (37 737-8, 19 737-9) en 2024 y 21 en 2025 (seis -8 y 15 serie -9).
“Se podría anunciar un pedido del A321, si llegamos a un acuerdo donde la economía funcione, dijo su director ejecutivo. Entonces haremos algo. Si no, no lo haremos y acabaremos teniendo más MAX 9”.
Delta Air Lines, en cambio, espera que las entregas de sus Boeing 737-10 MAX se retrasen hasta 2027. «Ya estábamos anticipando que, si llegaba en el 2025, sería a finales de año. Supongo que pasará uno o dos años más de eso», dijo el Director Ejecutivo Ed Bastian.
Delta Air Lines había realizado en 2022 un pedido por 100 Boeing 737-10 MAX, con opciones para 30 adicionales. Según su última presentación para el año fiscal 2023, la compañía esperaba comenzar a recibir entregas del modelo en 2025, recibiendo veinte (20) unidades ese año, veinte (20) más en 2026 y las sesenta (60) restantes después de 2026.
The Boeing Company, además, se enfrenta actualmente a una investigación penal por parte del Departamento de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos después de una explosión en la puerta de emergencia posterior en pleno vuelo en enero de un Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines, y está trabajando en un plan de acción integral para abordar sus problemas sistémicos de control de calidad. Tanto el programa 737-10 MAX como el 737-7 MAX permanecen inactivos, mientras que aerolíneas como Southwest Airlines y United Airlines, esperan más retrasos en sus respectivas entregas.
El fabricante estadounidense también está en conversaciones para readquirir Spirit AeroSystems, la cadena de producción de la línea de fuselajes 737 MAX para poder ejercer un mayor control sobre este punto.