Después del fallido Ciudad Real, vuelve a surgir un proyecto para un segundo aeropuerto en el área de Madrid

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En búsqueda de un proyecto que descomprima el creciente tráfico que recibe Barajas, durante Fitur se presentó un proyecto para un segundo aeropuerto para el área de la capital española.

Air City Madrid es la empresa española que desarrolla y tiene derechos sobre Casarrubios-Álamo, el mayor aeródromo privado de aviación general de España. Está a 30 km al sur del área urbana de Madrid y funciona desde el año 1992.

Los directivos de la empresa aprovecharon FITUR para presentar nuevamente su proyecto y darle más notoriedad. Quieren que esta segunda terminal aérea “dé soporte y descargue el tráfico” actual que está concentrado en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

De concretarse, el nuevo aeropuerto estará muy cerca de Móstoles, Alcorcón, Leganés y otras localidades del sur de la periferia madrileña; a 45 km de la estación de ferrocarril de Atocha y 60 km de Barajas. Sus impulsores destacan una ubicación “idónea”. El consejero delegado de Air City Madrid, Javier Ruedas, agrega que “la Comunidad de Madrid lo valoró en torno a un 2% del PIB de la región cuando analizó el estudio que le presentamos en 2018 y está previsto que se creen un total de 40.000 empleos gracias a la infraestructura aeroportuaria que supondría”.

El potencial de este segundo aeropuerto es “indiscutible” y la empresa estima que la inversión necesaria ascenderá a unos 300 millones de euros para tener una pista de 3,2 km de largo y otra de 1,5 km para vuelos privados. El aeródromo actual cuenta con una sola pista asfaltada de 950 m de largo y 26 de ancho. Las obras podrían tardar unos 4 años para construir las infraestructuras necesarias para recibir a 10 millones de pasajeros por año y vuelos a unos 50 destinos nacionales e internacionales.

En el año 2008, tras una inversión de más de mil millones de euros, abría sus puertas el Aeropuerto de Ciudad Real, que alcanzó a hacer presentaciones en distintas ciudades de Latinoamérica. El recinto se postulaba entonces como una alternativa barata para viajar al centro de la Península, llegando incluso a proponer la denominación de Madrid Sur. Sin embargo, todas las expectativas iniciales se esfumaron tras la crisis y otros problemas derivados de su gestión.

En 2019, el Aeropuerto Internacional de Ciudad Real retomó su actividad convencional, pero sin terminal de pasajeros activa, principalmente para el mantenimiento de aeronaves y espacio para vuelos privados. El aeródromo también viviría un agitado periodo de gloria durante la pandemia, como destino de los vuelos procedentes de China con material sanitario y parking del gran parque de aviones obligados a permanecer en tierra en esos meses.