El líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, ya da por perdidas las elecciones de octubre. De allí el apuro para que el Congreso trate su iniciativa – una de las pocas en sus años de diputado – que busca reformar la ley de estatización de Aerolíneas Argentinas para prohibir la transferencia de sus acciones sin la autorización de los dos tercios de ambas cámaras legislativas.
El legislados no propuso lo mismo para AySA, la Televisión Pública, Ferrocarriles Argentinos, Télam, FAdeA, Yacimientos Carboníferos Rio Turbio, la parte estatal de YPF, o Astilleros Rio Santiago, por poner solo algunos ejemplos, sino solamente Aerolíneas Argentinas, la empresa que desde su reestatización en 2008 – y salvo el Gobierno de Cambiemos – está bajo el dominio operativo y económico de La Cámpora.
La iniciativa, presentada por el hijo de la vicepresidenta de la Nación en julio de este año, propone reformar la Ley Nº26466/08, que declaró de utilidad pública y sujetas a expropiación las acciones de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, y prohíbe expresamente la transferencia de las acciones sin una autorización previa del Congreso.
Para modificar la ley, la propuesta promueve incorporar un párrafo al 1º artículo de la
normativa, que exprese que «se encuentra prohibida la transferencia futura de las acciones sin autorización del Honorable Congreso de la Nación votada por las dos terceras partes de sus miembros». No por la mitad más uno de los argentinos sino por una mayoría arbitraria, y similar a la que se necesita para modificar la Constitución.
Si bien los diputados de Juntos por el Cambio se retiraron de la comisión y denunciaron que las mayorías agravadas que establece el texto de Kirchner son “anti democráticas”, el texto ya está listo para ir al recinto.
