La renuncia (o elegante despido) este jueves de Leopoldo Barone a la Dirección General de Logística de Presidencia, no solo generaba la salida de un funcionario, sino que también abría la vacante para un piloto habilitado y con experiencia para operar en lo inmediato un B757-200, como el que acaba de comprar Presidencia de la Nación. Hay que tener en cuenta que, en unos días, el avión deberá despegar rumbo a Europa, ahora sí, con Alberto Fernández a bordo. Como se sabe, hoy no abundan en la Argentina y en el mundo pilotos de B757 disponibles. El elegido habría sido el comandante Fabián Chionetti, ex gerente de Operaciones de LAPA, con horas de vuelo en este modelo de avión, y que actualmente se desempeña como gerente de Certificación y Habilitación de la ANAC. Un puesto clave al que Chionetti, un profesional muy bien conceptuado, piensa volver – no renunció, sino que pidió licencia – una vez que Presidencia complete la tripulación que el ARG 01 necesita.
Con Chionetti volverían a ser tres – el mínimo indispensable para un vuelo extenso- los pilotos habilitados en la Argentina para operar un B757. Es cierto que se podrían habilitar otros pilotos, o eventualmente contratar a un capitán en el exterior, pero nada que se resuelva de inmediato.
Por lo pronto, ya debutó esta semana junto a Juan Pablo Pinto (quien estaba en la cabina junto a Barone cuando el vuelo rasante), en el viaje del Presidente a Brasil para encontrarse con Lula.
¿Y qué pasó con Barone, quien fuera la cara visible del operativo “compra” del ARG 01, como también el piloto a quien se responsabilizaba – autoría no confirmada – por el vuelo rasante por Aeroparque?
Las versiones, el último lunes, eran que al director general de Logística de la Secretaría General de Presidencia lo habían “echado”, a lo que se ocupó de desmentir personalmente en Aviación News. Sin embargo, 24 horas más tarde, se conoció su carta de renuncia dirigida al Secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello.
La dimisión. donde no se explican los motivos, pero se abunda en elogios hacia el Secretario y el Presidente, además de enumerar sus objetivos cumplidos en el cargo, fue una “exclusiva” de Infobae lo que indujo a sospechar de donde procedía la información, siempre precisa, exclusiva y actualizada, que este medio publicaba sobre el proceso de compra y puesta a punto para su traslado del ARG 01 en Estados Unidos.
Todo pareciera indicar que la renuncia – evidentemente inducida – no tendría que ver con el ARG 01, ni el vuelo rasante, ni los dudosos manejos que se le adjudican con el antiguo hangar de CATA, en Morón, sino con el procesamiento por fraude decretado en noviembre 2022 por el Juez Daniel Rafecas, y confirmado tres meses después por la Cámara Federal, Nº 6, a cargo de los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah, a raíz de una licitación convocada por la ANAC para la compra de 10 aviones de entrenamiento a la empresa Global Jet Aviation SA. de la cual Barone es accionista. De los diez aviones, la ANAC solo recibió – y pagó – 4. Pero cuando este organismo recurrió a las pólizas de seguro de caución aportada para la operación, se encontraron con que las mismas eran apócrifas.
Quienes están cerca de Barone sostienen que él en ese momento actuaba como apoderado de la firma, que no estaba al tanto del tema de las pólizas – que inclusive ofreció sustituirlas -, y que el Estado no sufrió daño económico ya que las 4 aeronaves pagas están en poder de la ANAC.
Lo concreto, es que esta causa que arrancó en 2019 fue elevada a juicio oral, por lo que el ahora ex funcionario no solo tuvo que dejar su sillón en la Secretaría General, sino que tampoco podrá estar en la cabina del B757-200 con matrícula ARG 01, al que lo había llevado Alberto Fernández.