Fechas como las de Navidad, fin de año, y ni hablar de un campeonato mundial son muy útiles para que todos se dispersen y solo concentren su atención en ese punto, aunque sea por unos días, y se vuelvan insensibles o indiferentes a otros temas. Los políticos lo saben. Hace un año, exactamente el 24 de diciembre de 2021 se publicaba en el Boletín Oficial, sin debate y mucho menos consenso, el Decreto 879 que, entre otras cosas, imponía tarifas mínimas y máximas a los boletos de cabotaje. Una forma de eliminar la competencia comercial, en beneficio de Aerolíneas Argentinas. La medida, muy resistida por las low cost y los gobernadores, nunca se reglamentó, pero se mantuvo hasta hoy como una espada de Damocles.
¿Por qué no entró en vigencia? Nunca se aclaró desde la ANAC – piden mirar hace el Ministerio de Transporte – pero hay varias teorías: a) no había necesidad, ya que también Aerolíneas estaba con un 90% de ocupación. 2) no se atrevieron, ya que era promover un incremento de precios desde el Gobierno cuando por el otro lado obligaban a los comerciantes e industriales a bajar los precios de todos los productos para suavizar la inflación y 3) habría generado una reacción muy negativa, especialmente en los sectores económicos medios y bajos que perderían la posibilidad de volar.
Este año, recurriendo “al viejo truco”, como diría el Superagente 86, el Gobierno aprovechó la distracción navideña para incrementar en casi un 80% una de las tasas que obligatoriamente se paga en los pasajes de cabotaje.
El instigador es el Organismo de Control del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna), que administra La Cámpora, que decidió que la Tasa de Uso de Aeroestación Doméstica, conocida como TUA en la industria, pase de $614 a $1100 por tramo. Más IVA. Un valor que el pasajero no percibe ya que el mismo va sumado en el valor final del ticket.
Tarifa que ya se aplica a quienes compran pasajes para febrero.
Un ejemplo de su incidencia en el valor total del ticket es, por ejemplo, que en un Buenos Aires –Mar del Plata-Buenos Aires, la tasa significa el 10% del valor final del boleto.
Se supone que lo recaudado por el ORSNA y los concesionarios de aeropuertos, básicamente Aeropuertos Argentina 2000, tiene como destino compensar la pérdida de recaudación durante la pandemia para mantener la financiación del programa de obras proyectadas en los distintos aeropuertos.
