Conociendo Doha, Qatar, a 100 días del mundial

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En el marco de la Asamblea General de la IATA, tuvimos la oportunidad de visitar Doha y dar un vistazo a esta cosmopolita ciudad con aire árabe que se alista para recibir a millones de visitantes de todo el mundo de cara a la Copa de la FIFA.

Si la primera impresión de cualquier ciudad es su aeropuerto, Doha tiene todo para satisfacer las necesidades de los turistas más exigentes. Multipremiado, el Aeropuerto Internacional Hamad nos deja atónitos con una sola gran terminal de 600.000 metros cuadrados dividida en sectores: A, B, C, D y E. Un tratamiento VIP para todos los que tengan la suerte de visitar Qatar.

         

La primera impresión ante el arribo nocturno, y el calor agobiante (pero seco) de junio en la zona de West Bay era el de una ciudad ultra moderna. Esta zona que incluye hoteles, malls y sectores financieros, ministerios y restaurantes permite visitar la parte más moderna de la ciudad caracterizada por sus rascacielos y el Doha Exhibition and Convention Center.

Antes de recorrer los puntos turísticos más destacados, es indispensable mencionar la posibilidad de  utilizar el metro, que con recorridos distribuidos en 3 líneas – aunque la red no es muy amplia – permiten trasladarse con un valor aproximado de 1,50 dólares por pases diarios en un excelente servicio. Todas las estaciones cuentan con el fundamental aire acondicionado, buena señalización y trenes automáticos sin conductor con vagones para pasajeros Estándar, Familias y GOLD (un servicio más caro y exclusivo).

Además, quienes vayan al mundial, saben que a la mayoría de los estadios se llega con el metro.

Pasando a los puntos turísticos, el más atractivo es el Souq Waqif. Perderse por sus calles con sectores de telas, dulces, animales. Ideal para buenos «regateadores».

El Suoq Waqif se creó a finales del siglo XIX como punto de reunión entre beduinos y comerciantes locales para el comercio de ganado, algo que todavía está presente en el zoco de Doha. El edificio principal fue reformado hace unos años y ahora se puede encontrar también una gran selección de restaurantes y casas de té, donde poder sentarse a disfrutar de la gastronomía de Qatar.

Por otra parte, para conocer y entender la historia local, el Museo Nacional de Qatar es un «must». Diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, ganador del Premio Pritzker, el Museo se inspira y recrea las formaciones de cristal naturales conocidas como “rosas del desierto”. Se construyó en torno al que originalmente fue el palacio del jeque Abdullah Bin Jassim Al-Thani y la sede del gobierno durante 25 años. El Museo Nacional de Qatar alberga una multitud de objetos arqueológicos y patrimoniales, manuscritos, fotografías, joyas y trajes.  Estos objetos dan vida a la historia no solo de Qatar, sino también de la región.

Afianza la colección la alfombra de perlas de Baroda, encargada por el Maharajá de Baroda, India, en 1865.  Tiene más de 1,5 millones de perlas, así como diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros engarzados en oro y tejidos sobre una base de seda y fino cuero de ciervo, e ilustra el uso generalizado de las piedras preciosas en la región.

El museo alberga 11 galerías, a través de las cuales los visitantes pueden ser testigos de la evolución de esta nación peninsular.  Cada galería ofrece perspectivas y una experiencia multisensorial. Las perspectivas pueden ser sonoras, como la música y las historias orales; visuales, fílmicas e imágenes de archivo; u olfativas, con aromas que evocan momentos y lugares particulares.

Desde la estación de Legtaifiya, se puede tomar un bus para recorrer y caminar por las calles de “The Pearl”,  un archipiélago artificial para vivienda de extranjeros. Un lujo para caminar por sus calles con decoración española. La isla artificial se asienta sobre cuatro millones de metros cuadrados de tierra recuperada. Conocida por sus hoteles, variedad de cafés y restaurantes, un puerto deportivo icónico y boutiques de lujo, se trata de una zona residencial popular con un lujoso estilo de vida comunitario.

Para la playa en el centro de la ciudad, Katara Beach es accesible. Divididas por sectores con un ingreso de unos 3 dólares y agua templada (y muy salada). Desde la estación Katara de metro se puede caminar por la galería Lafayette, donde los locales comparten una bebida por la tarde, y entro los pasillos comerciales de la zona o tomar algún de los carros de golf que amablemente lo acercarán a las playas.

Otros puntos caminables (y disfrutables) de la ciudad es Msheireb, una zona emergente que cuenta con arquitectura moderna, mezquitas y varios museos de historia ubicados en mansiones elegantes de estilo árabe. Allí se puede visitar el bar Vértigo, ubicado en el piso 28 que permite una vista panorámica de la ciudad.

También es atractiva la zona de Corniche (costanera). Un paseo marítimo de siete kilómetros de longitud que se extiende a lo largo de la bahía de Doha que se ha recuperado, donde antes solo se divisaba el emblemático Hotel Sheraton de la ciudad.

Varios imperdibles… cuando el sol baja…

Los modernos estadios construidos para el mundial (salvo el renovado Khalifa) con sus aires acondicionados a pleno serán, al menos hasta el comienzo de la Copa, otros puntos a visitar. La mayoría de los mismos serán “desarmados” post Mundial y sus estructuras donadas para estadios en otros lugares del mundo.

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