Conversando sobre visibilidad reducida y operatividad en los aeropuertos

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Aeropuertos Argentina 2000 realizó una presentación ante la prensa para detallar e intercambiar posturas acerca de la operación aeroportuaria en casos de visibilidad reducida. Si bien no se trató de una charla acerca específicamente de la niebla y sus afectaciones en Ezeiza, si es evidente que ese fue el disparador para la presentación:

Los distintos factores operacionales que afectan el normal trabajo en los aeropuertos se dividen en:

  • Actividades conductivas: Cuando el aire está muy cargado de partículas eléctricas que pueden terminar generando un rayo, que puede poner en peligro tanto la operación en tierra, como a su personal.
  • Viento: Normalmente esto se da cuando hay vientos que cruzan transversalmente las pistas de aterrizajes y que puede ocasionar despistes, o la necesidad de realizar un escape para una segunda aproximación.
  • Hielo / Nieve: en algunas zonas del país, pueden ocasionar trabajos extras para poder mantener operativos los aeropuertos y aeronaves, que pueden ocasionan demoras.
  • Ceniza Volcánica: Las cenizas volcánicas, por ser muy abrasivas, son un riesgo para la aeronavegación, y ocasionan un daño importante en las turbinas de los aviones.
  • Visibilidad reducida: Hay distintas categorías, determinada por estos factores fundamentales:
  • – Tipo de infraestructura que posea el Aeropuerto (ayudas visuales y radio ayudas).
  • – Instrumental que posea el aeropuerto.
  • – Nivel de instrumental y habilitaciones que posea la aeronave.
  • – Procedimientos de aproximación al Aeropuerto.
  • – Habilitaciones según entrenamiento de las tripulaciones.


Foco en la niebla

En condiciones de baja visibilidad, por ejemplo, niebla o neblina, los aeropuertos cuentan con infraestructura y equipamiento especifico que determina la condición operativa del Aeropuerto.

Cada aeropuerto opera en una categoría que está determinada por dicho equipamiento. Luego, las aeronaves deben estar habilitadas para operar en aeropuertos de tal cual categoría, que se complementa con la categoría de la tripulación que esté en la aeronave, además, deben estar disponibles los procedimientos de aproximación específicos para esa condición de visibilidad y relacionado a la infraestructura que hay en el Aeropuerto.

Es decir, puede suceder que un aeropuerto esté operando en una categoría -con instrumental adecuado- que permita aterrizar aviones en condiciones de baja visibilidad pero que aún así otros deban ser derivados porque no poseen el instrumental para aterrizar en dicha categoría o porque su tripulación no tenga las habilitaciones y el entrenamiento necesario para hacerlo. Este suele ser común en aeronaves que suelen operar vuelos domésticos o regionales. Las aeronaves que operan rutas de largas distancias son de gran envergadura y en general, tiene habilitaciones (tanto el avión como su tripulación) para aterrizar en condiciones de baja visibilidad.

Por lo tanto, que haya derivaciones durante presencia de niebla no significa que el aeropuerto está cerrado, sino que estas aeronaves no tenían las habilitaciones necesarias para operar en dichas condiciones.


Ezeiza cuenta hoy con instrumental instalado para operar en categoría III A, compuesto por radioayudas, depende de EANA (Empresa Argentina de Navegación Aérea) que se encarga del mantenimiento y del manejo del instrumental para operar con niebla hasta cierta visibilidad. Luego, se dice que el aeropuerto está bajo mínimos.

En definitiva, mejorar la categoría de Ezeiza requiere de una alta inversión de parte de EANA para unas pocas situaciones al año que lo requieren. Costo beneficio que, por el momento, no parece estar en los planes de solucionarse.

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