United y el regreso de los supersónicos

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En los últimos 50 años la aviación ha evolucionado profusamente en cuanto a eficiencia, seguridad, tamaño de aeronaves, cantidad de pasajeros transportados… pero siempre a la misma velocidad. La desaparición del Concorde en 2003, claro, era una referencia inmediata. Un avión excelente y seguro, pero ineficiente comercialmente con tecnología de los años 60 y 70. ¿La clave? Los costos.

El anuncio de acuerdo comercial entre United Airlines y la compañía aeroespacial Boom Supersonic, con sede en Denver, sacudió a la industria dando el puntapié inicial a una nueva era. Según los términos del acuerdo, una vez el avión cumpla con los requisitos de seguridad, operación y sostenibilidad, la aerolínea comprará 15 de los aviones de pasajeros “Overture” de Boom, con una opción para comprar 35 aviones adicionales.

Una vez que esté en funcionamiento, se espera que Overture sea el primer avión comercial grande en tener cero emisiones de carbono desde el primer día, optimizado para funcionar con combustible de aviación 100% sostenible (SAF). Está programado para implementarse en 2025, volar en 2026 y se espera que transporte pasajeros para 2029. United y Boom también trabajarán juntos para acelerar la producción de mayores suministros de SAF.

“United continúa en su trayectoria para construir una aerolínea más innovadora y sostenible y los avances tecnológicos actuales hacen que sea más viable incluir aviones supersónicos. La visión de Boom para el futuro de la aviación comercial, combinada con la red de rutas más sólida de la industria en el mundo, brindará a los viajeros de negocios y de ocio, un acceso a una experiencia de vuelo estelar”, dijo el CEO de United, Scott Kirby.

“Nuestra misión siempre ha sido conectar a las personas y ahora, al trabajar con Boom, podremos hacerlo en una escala aún mayor”. Capaz de volar a velocidades de March 1.7, el doble de la velocidad de los aviones de pasajeros más rápidos de la actualidad, Overture puede conectar más de 500 destinos en casi la mitad del tiempo. Entre las muchas rutas potenciales futuras para United se encuentran Newark a Londres en solo tres horas y media, Newark a Frankfurt en cuatro horas y San Francisco a Tokio en solo seis horas.

Mientras que otras aerolíneas han realizado pedidos anticipados de aviones supersónicos, United es la primera en realizar un pedido con un compromiso financiero inicial.

Allí por noviembre de 2017 participábamos del Wings of Change de Miami, donde la presentación del fundador y CEO de Boom Technology, Blake Scholl, sobre su proyecto para el desarrollo de un avión supersónico de pasajeros, se llevaba todas las miradas. El ejecutivo ve un mercado probable por 1000 aviones para dentro de 20 años.

Aunque no se han revelado los términos completos del acuerdo, se trata de un voto de confianza a Boom, que se fundó en 2014 y lleva recaudados u$s 270 millones de firmas de capital riesgo y otros inversores.

Tras la huella del Concorde

La referencia es inevitable. El 2 de marzo de 1969 despegaba por primera vez en Toulouse el prototipo 001 del Concorde, el icónico avión supersónico franco-británico nacido en noviembre de 1962 gracias a un acuerdo bilateral entre los gobiernos del Reino Unido y Francia. Las dos empresas socias, British Aircraft Corporation (actual BAE Sytems) y Sud-Aviation (antepasado de Airbus) no se ponían de acuerdo sobre las características del aparato. La primera apoyaba un avión de largo alcance capaz de cruzar el Atlántico, mientras que el segundo defendía uno de medio alcance a imagen y semejanza de su famoso Caravelle. Se necesitaron todavía siete años, hasta el 21 de enero de 1976, y 5.500 horas de vuelos de ensayo para que el Concorde fuera autorizado a iniciar su servicio comercial conjunto entre las compañías Air France y British Airways, con los vuelos inaugurales París-Rio de Janeiro y Londres-Baréin. Con una velocidad máxima de crucero de unos 2.500 km/h, el Concorde era capaz de unir París y Nueva York en 3.30hs, frente a las casi ocho horas de los vuelos actuales. Los últimos vuelos que realizaron ese trayecto, en mayo de 2003, tenían un costo de 8.100 euros. Historia conocida es que en julio del 2000, un equipo de Air France se estrelló unos minutos después de su despegue del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle de París, provocando 113 muertos. El accidente, provocado por un escape de combustible tras el estallido de un neumático, aceleró la retirada del Concorde, del que solo se explotaron 14 aparatos entre 1976 y 2003, frente al centenar que aspiraba a vender el consorcio inicialmente. El último vuelo comercial operado por la compañía francesa se llevó a cabo entre Nueva York y París el 31 de mayo de 2003, en tanto que la británica realizó sus últimos vuelos Londres-Nueva York en octubre de ese mismo año.

 

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