La low cost noruega continúa con su plan de reestructuración y relanzamiento para convertirse en una aerolínea europea, que cubra vuelos en Escandinavia y el resto del Viejo Continente. En ese contexto, ha decidido reducir notablemente sus operaciones en España. En concreto, negociará con el Sepla y la central obrera USO, un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que involucra a 1.200 trabajadores. Por lo pronto, se confirmó la eliminación de la base en el aeropuerto de El Prat, de Barcelona, desde donde Norwegian operaba vuelos de largo recorrido. El ajuste también implicará desactivar las operaciones en Gran Canaria y Tenerife Sur, manteniéndose solamente los vuelos desde Málaga y Alicante, donde quedarían basados dos aviones (uno en cada ciudad). En 2019, Norwegian Air poseía una flota de 156 unidades, de las cuales 37 eran Boeing B-787 Dreamliners y el resto de los 119 eran B-737, entre 800NG y MAX. En un futuro próximo, la empresa utilizaría apenas 70 aviones, todos ellos de fuselaje angosto.
