Uno de los golpes más notorios del Covid-19 sobre la industria aerocomercial, se concretó sobre la demanda. Esto ha supuesto que todas las compañías se dieran a la tarea de ajustar su oferta, fundamentalmente de reducirla. Pasar a utilizar, en general, aviones más pequeños y con un mejor rendimiento económico resulta normal. En este contexto, Etihad ha dispuesto desprogramar sus Airbus A380 y constituir su columna vertebral para las rutas largas en el Boeing B-787 y el Airbus A350. “El A380 es un producto maravilloso, pero no son comercialmente sostenibles. Por lo tanto, tomamos la difícil decisión de estacionar esas máquinas de manera indefinida. Llegamos a tener una flota muy diversa como para ser eficientes operacionalmente. Una parte importante del plan de transformación siempre fue limitar la cantidad de tipos de aeronaves que operamos”, explicó Tony Douglas, CEO de Etihad. Por las mismas razones, pero no por tamaño, sino por antigüedad y eficiencia de consumo de combustible (el B-787 y el A350 son más modernos y eficientes), Etihad también retirará sus Boeing B-777/300ER.
