La empresa fabricante de aviones cerró el 2020 con pérdidas récords por un total de US$ 11.900 millones. Esto es una notable y enorme diferencia con las pérdidas por US$ 636 millones, registradas en 2019. La facturación interanual cayó un 24% hasta los US$ 58.158 millones, y un flujo operativo de caja negativo de US$ 18.400 millones. “2020 fue un año de profunda disrupción social y global, lo que ha limitado significativamente nuestra industria. El profundo impacto de la pandemia en los viajes aéreos comerciales, sumado a la paralización de los B-737MAX, ha dificultado nuestros resultados”, comentó David Calhoun, CEO de Boeing. Las pérdidas son obviamente una combinación del problema que ha causado el MAX y la pandemia. Curiosamente, el cuarto trimestre registró la mayor cantidad de pérdidas, con US$ 8.420 millones, ocho veces más que los US$ 1.010 millones del mismo período de 2019. Más allá de que el MAX fue rehabilitado para volar, está lejos de haber superado los problemas que causó.