La propuesta es sencilla y concreta, por cada viaje que un pasajero corporativo realice, podrá determinar cuál es su nivel de emisiones de CO² asociadas y establecer una contribución anual al programa Sustainable Aviation Fuel (SAF). Las contribuciones se destinarán al abastecimiento y utilización de combustible sostenible para la aviación. Este accionar concreto de las empresas es en definitiva una contribución a la protección del medioambiente que se puede hacer vale incluso como política de Responsabilidad Social Empresaria (RSE).
