Tiempos difíciles para Flybondi

Este sábado, al no poder volar, Flybondi anunció que el LV-HFR, el único avión que aún disponían en la Argentina, despegó rumbo a México para un Check C., por lo que estará fuera de servicio hasta fin de mes. Un día después, el domingo, el ministro de Transporte, Mario Meoni, ratificó en un canal zonal – y aquí hay que reconocer que es coherente con declaraciones anteriores – “que no tenemos previsto ningún cierre de El Palomar. Lo que ha dispuesto el organismo de control es, por cuestiones sanitarias, restringir las operaciones durante este lapso, que tiene que ver más con el COVID que con la operación aeronáutica”. Para rematar con un: “creo que debería estar operando en el corto plazo”.

Visto desde afuera, parecería una partida de ajedrez donde los contrincantes mueven sus piezas en base a estrategias que, por lo menos hasta ahora, no son muy claras. La duda es si son unos genios de este milenario juego o simplemente unos impostores. De un lado del tablero está el Gobierno, donde la cosa se complica ya que según sea el jugador (el Ministerio de Transporte el Orsna, la ANAC, AA2000, los gremios aeronáuticos o los intendentes de la zona Oeste), las piezas van para un lado o para el otro, desconcertando no solo al contrincante, en este caso Flybondi, sino también a quienes siguen desorientados la partida.

Un mes atrás, otro organismo oficial, el ORSNA, a través de su vicepresidente, Fernando José Muriel, comunicaba mediante una nota que el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de Ezeiza “era el único del AMBA donde se han adoptado medidas y procesos con el fin de atender la mentada demanda en condiciones de seguridad”. Fue entonces que la aerolínea, junto a sus empleados, acuñaron un grito de guerra: “El Palomar o nada”.

En ese momento todo parecía estar perdido para Flybondi, si no aceptaba mudarse a Ezeiza. Para peor, había presentado por el 15 de octubre su programación para noviembre pero nadie en la ANAC parecía haberse darse por enterado, como tampoco le había notificado el ORSNA que El Palomar no estaba habilitado, pese a que una resolución judicial le ordenaba tener a Flybondi como parte en cualquier expediente donde se tramitara un posible cierre de la terminal aérea.

La pregunta que muchos se hacían esta semana era si, como decía el ministro de Transporte que El Palomar iba a estar habilitado y el traslado a Ezeiza era solo temporal, con qué avión iba a operar Flybondi dado que uno de los B737, el LV-HKN, está desde agosto estacionado por decisión del lessor en San Antonio, Estados Unidos (lo prefiere allá y no en la Argentina, por cualquier cosa) y el otro en recorrida mayor en México.

Según le explicó Flybondi a Aviación News, la idea original era comenzar a operar en noviembre, pero nunca recibieron el ok a la programación por parte de la ANAC – y mucho menos para volar desde El Palomar – por lo que optaron directamente por arrancar en diciembre, no sin antes cargarle la culpa al organismo que regula la aviación civil en la Argentina: “Lamentablemente y debido a la constante falta de definiciones de aspectos operacionales, regulatorios y comerciales que resultan esenciales para la planificación y organización de la industria aérea, la aerolínea tomó la decisión de posponer el reinicio de toda su operación para la primera semana de diciembre”.

Aunque no lo digan explícitamente, también la falta de demanda de quien ya comenzó a volar en cabotaje los convenció de posponer el reinició y adelantar el Check C que originariamente estaba previsto para enero para la última quincena de noviembre. “De esta manera Flybondi tendrá disponibles dos B737-800 para la temporada de verano”, dijeron en la compañía.

 Como en las viejas series o teleteatros, esta historia está lejos de terminar: ¿Podrá Flybondi volar desde El Palomar? ¿Aceptará hacerlo desde Ezeiza? ¿Le aprobará la ANAC la programación de diciembre? ¿Cuántos aviones tendrá operativos este verano?

 Continuará…