La buena noticia para los cariocas provino de parte de Iberia, que anunció la adición de dos frecuencias semanales en la ruta Madrid – Rio de Janeiro para recuperar las operaciones diarias. La noticia contrarresta las informaciones que indican que entre el 2012 y el 2018, el total de aterrizajes y despegues en el Estado de Río se contrajo un 25%, hasta los 192.300, según datos de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac). Ya desde abril American Airlines suspende la última conexión regular que quedaba hacia Nueva York, mientras que Delta abandonó la ruta que operó estacionalmente. Latam, a su vez, y también a partir de abril, interrumpe operaciones directas desde El Galeao a Orlando y Miami. En estos seis años, además, Charlotte, Chicago y Dallas están entre las ciudades que dejaron de tener vuelos directos a Río. Peor es el panorama para los vuelos domésticos. Según los datos de ANAC, la retracción en el mismo periodo fue del 27,46%. El mes pasado, San Pablo anunció un paquete de incentivo para atraer vuelos, cuya principal medida fue la reducción del impuesto cobrado sobre el combustible aéreo del 25% al 12%. La acción tiende a perjudicar aún más a Río, cuyo gobierno estudia una forma de adoptar una medida semejante.
