Este martes, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y su equipo de trabajo presentaron ante los gremios aeronáuticos el ambicioso plan integral aerocomercial que tiene como objetivo para 2019 duplicar la cantidad de pasajeros en avión. “Que más argentinos vuelen y que el transporte aéreo crezca, generando más trabajo de calidad y mejorando la conectividad dentro del país, para que haya más turismo, industria estratégica para el crecimiento de la Argentina”, dice el comunicado. Fundamentado en un estudio que confirma que existen 12 millones de pasajeros al año que hoy no usan el avión para viajar y que podrían hacerlo de existir la alternativa, el “Plan La Revolución de los Aviones” cuenta con tres pilares: el primero es Aerolíneas Argentinas y una estrategia que le permitirá continuar siendo líder de cabotaje en el país; el segundo es la incorporación de nuevas líneas aéreas para brindar mayores alternativas de conexión; y el tercero es la transformación de la infraestructura y del espacio aéreo para aumentar la capacidad de los aeropuertos, modernizar instalaciones, equipos y tecnología de navegación aérea gracias a una inversión estatal de 22.000 millones de pesos. En su conjunto, La Revolución de los Aviones supone la creación de más de 25.000 empleos y una inversión privada total en el sector de U$S 1000 millones. Varias -y duras, al punto de hacer enojar en algún momento al Ministro- fueron las objeciones que plantearon los gremialistas. Uno de ellos, con muchos años en la actividad y experiencia como funcionario, argumentó que no se justifica la cantidad de compañías que el gobierno pretende ingresar. No vale mirar el modelo de Europa occidental, que tiene 400 millones de habitantes, con Argentina que solo tiene 40 millones, dijeron. Y dejaron una advertencia flotando en el ambiente: “No cometan ahora el error de la primera audiencia, de no hablar previamente con los gremios”.
