Esta semana los dirigentes de APTA, APA, UPSA, APLA y UALA -nótese que faltan los dos gremios de tripulantes de cabina- emitieron un comunicado poniendo de manifiesto sus objeciones y preocupación “ante la políticas de transporte aéreo que lleva adelante en la actualidad el Gobierno Nacional”. Allí enumeran la asignación de rutas “a operadores de dudosa o ninguna capacidad operativa”, como así también “el forzado ingreso al mercado nacional de operadores extranjeros a través de acuerdos Bilaterales, sin ejercer la reciprocidad que los mismos deberían mantener”. Para señalar más adelante que “es evidente la falta de políticas aéreas que protejan a la actual industria nacional, situación que afectara directamente y en el corto plazo a todos los operadores y trabajadores de LATAM Argentina, Andes, American Jet, Aerolíneas y Austral. El comunicado, ya más direccionado, reclama por la reducción de los subsidios para el Grupo Aerolíneas -de donde provienen la totalidad de los secretarios generales- que en 2016 fue de U$S 320 millones, 60% menos que en 2015, y para el 2017 de U$S 180 millones, 30% menos que en 2016. Quienes miran el partido desde otra tribuna, objetan que un comunicado similar no se haya emitido cuando empresas como Andes y LAN eran discriminadas o que los subsidios, aún en baja, estén dirigidos a una sola empresa y no a la industria. Los dardos más duros en el comunicado van dirigidos a Avian, por haber comprado Macair, pero fundamentalmente a Flybondi cuyo capital social declarado es de U$S 6000, se desconocen sus accionistas y no ha demostrado a la fecha su capacidad operativa. También objeta el comunicado el segundo llamado a audiencia pública donde aparece entre las aspirantes “la poderosa” -así la definen- Norwegian. Un dato que llamó la atención en el comunicado de los gremios es la denuncia de que ciertos sectores fomentan el cierre de Intercargo. Curioso ya que lo lógico, como reclaman las aerolíneas, sería fomentar la competencia.