Si bien las estadísticas internacionales muestran que no hay diferencias en materia de siniestralidad entre las empresas tradicionales y las lowcost, este concepto fue reiteradamente utilizado este martes para denostar a estas aerolíneas como ejemplo de inseguridad. Tampoco se entendió muy bien por qué tanto ensañamiento hacia el modelo cuando solo una de las cinco que participó de la Audiencia se presenta como autentica compañía de bajo costo. Fue claro el mensaje de los gremios, tanto de parte de los dirigentes que pasaron por el estrado como de quienes estaban manifestándose en la calle, de advertir que no van a permitir que no se respeten los acuerdos convencionales vigentes en el país. El mensaje trataba de evitar que algún empresario “se confunda” si es que le llegó “por error” ese mensaje desde el gobierno. Lo que no es tan fácil de entender es por qué los gremios se oponen a que crezca el sector y que más empresas ingresen al mercado, generando supuestamente más empleo y más afiliados. Sin embargo esa es la extraña posición a la que adhirieron los gremios aeronáuticos cuando se manifestaron (vigilados por un excesivo dispositivo policial) ruidosamente frente a las puertas del teatro, protestando contra la llegada de nuevas empresas en un claro intento por defender sus propios lugares en Aerolíneas Argentinas. Avian y Flybondi fueron las más hostigadas. Andes y American Jet, seguramente porque ya están en el mercado y sus empleados están agremiados, las que menos. Tampoco faltó una mención de Ricardo Cirielli a las limitaciones en materia de infraestructura en aeropuertos y en servicios de tránsito aéreo. Y una advertencia – pese a que el secretario General de APTA se había mostrado hasta entonces entre los más equilibrados-: «No se metan con Aerolíneas y Austral porque nos van a encontrar en la calle y enfrentándolos”.
