AUNQUE LA DECISIÓN DE AA COINCIDE CON LA INTENCIÓN DE FRENAR LA SALIDA DE ARGENTINOS, EL RELATO PUDO MÁS

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Sin una explicación por parte de la empresa, la decisión de suspender la venta de pasajes en Argentina mas allá de los 90 días terminó por colocar a American Airlines en el bando de los buitres, junto al presidente Barak Obama, el juez Thomas Griesa, el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en la Argentina, Kevin Sullivan, la Cámara de Apelaciones de Nueva York, el Bank of New York Mellon (BoNY), el Citibank y la imprenta Donnelley. La presidenta, que aseguró que no hay ninguna restricción para el giro de divisas, llamó a la aerolínea más grande del mundo “buitres con turbinas”. La noticia explotó el miércoles de la semana pasada, no por un comunicado de la empresa, sino por los agentes de viajes -y algún que otro particular- que no podían comprar pasajes más allá del 17 de diciembre. Dos elementos se combinaron: una fuerte demanda de pasajes a futuro entre quienes imaginan una devaluación como la de enero, y una reducción a U$S 150 mil diarios en el límite impuesto por el Banco Central para que aerolíneas y operadores giren dólares a sus casas matrices o proveedores. La medida tomada por American, en realidad, coincide con la intención del gobierno de limitar la salida de argentinos al exterior -y por lo tanto de dólares-, pero la necesidad de sostener el relato de la conspiración y los buitres llevó a los funcionarios a encolumnarse para atacar a la empresa. El primero fue el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich que, con tono despechado, dijo que “mejor para Aerolíneas que tiene una flota más nueva”. Error. El promedio de edad de los B777 que American utiliza en estas rutas es de 11,1 años. Los A340 de Aerolíneas, en cambio, promedian 17,61 años y los A330 los 14,52. Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas, señaló que el objetivo de American “es dañar a la Argentina en línea con el accionar de los buitres” y que no hay otras aerolíneas que vayan a tomar una decisión semejante: “Nos comunicamos con Delta, socia de Aerolíneas, y nos dijeron que tienen previsto operar normalmente”. Lo que no dice Recalde es que Delta tiene un solo vuelo por día desde Buenos Aires y American cuatro con B777-300 de 246 asientos cada uno. Esto hace casi 1.000 lugares por día. Pero sin duda el argumento más original lo dio el ministro de Turismo, Enrique Meyer, por Radio Nacional al culpar a American de querer equilibrar el origen de las ventas: “como estaban teniendo muy buenas ventas desde Estados Unidos hacia acá, y a ellos les sirve más tener una emisión mixta, es decir emisión en Estados Unidos y emisión en la Argentina, entonces suspenden las ventas para poder equilibrar los cupos de venta de los vuelos”. Además del autobombo sobre el supuesto aluvión de turistas norteamericanos viniendo al país, la realidad indica que entre el 70% y el 80% de las ventas de American se producen en Argentina.

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