Cada vez más pilotos de aerolíneas alemanas se niegan a despegar llevando a bordo a inmigrantes cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas, por lo que son expulsados y deben volver a sus países de origen. Este año, más de 220 vuelos de línea, la mayoría de Lufthansa y su subsidiaria de bajo costo Eurowings, que se dirigían a Afganistán, país acosado por la violencia terrorista integrista, fueron cancelados. Los pilotos, lo mismo que muchas ONG, consideran que el gobierno está siendo muy hipócrita ya que mientras por un lado rechaza el otorgamiento de asilo político a más de millón y medio de refugiados, ya que considera a Afganistán como un país «seguro», por el otro, el sitio web del ministerio de Relaciones Exteriores, aconseja a sus ciudadanos abstenerse de visitar Afganistán, «debido a la masiva presencia de talibanes y fundamentalistas del Estado Islámico».
