Spirit Airlines anunció un drástico recorte de su flota como parte de un nuevo proceso de reestructuración bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU., presentado por segunda vez en lo que va de 2025. La aerolínea busca cancelar 87 contratos de arrendamiento de aeronaves, lo que reduciría su flota total de 214 aviones a prácticamente la mitad.
La decisión responde a pérdidas financieras continuas, en medio de tarifas bajas, demanda débil y fuerte competencia en el mercado doméstico estadounidense. Según el CFO Fred Cromer, el objetivo es generar ahorros de cientos de millones de dólares, optimizando rutas y operaciones.
Spirit ya recibió aprobación judicial para rescindir 12 contratos de aeropuertos y 19 acuerdos de manejo de carga, y alcanzó un acuerdo por 150 millones de dólares con AerCap para cancelar el arrendamiento de 27 aviones.
Además del recorte de flota, la aerolínea abandonará más de una docena de aeropuertos en EE.UU. y suspenderá cerca de 40 rutas, afectando principalmente mercados de baja demanda. Se estima que su programación para noviembre será 25% inferior a la del mismo mes del año anterior.
Spirit opera mayoritariamente con aviones de la familia Airbus A320 (A319, A320 y A321), y espera definir sus necesidades finales de flota antes del 27 de octubre, mientras continúa negociando con arrendadores. En paralelo, busca hasta 475 millones de dólares en financiamiento para sostener su proceso de reestructuración.
La compañía apunta a mantenerse operativa como una aerolínea más pequeña, centrada en rutas rentables. El caso de Spirit refleja los desafíos que enfrentan los operadores low-cost de EE.UU. para adaptarse a la nueva dinámica del mercado post-pandemia.