La International Air Transport Association IATA) se fundó en La Habana, el 19 de abril de 1945, hace ahora 80 años. A lo largo de estas ocho décadas la asociación, nadie lo duda, ha jugado un papel fundamental en la armonización del transporte aéreo a nivel global.
La IATA está formada únicamente por líneas aéreas, y es el instrumento principal de cooperación en la promoción de servicios aéreos seguros, fiables y económicos, en beneficio de los consumidores de todo el mundo.
En el momento de su fundación, IATA contaba con 57 líneas aéreas miembro de 31 naciones, la mayoría de Europa y Norteamérica. En estos momentos la industria del transporte aéreo regular internacional es más de 100 veces mayor que en 1945, y hoy cuenta con más de 340 miembros de 120 países de todo el mundo.
Es heredera de la antigua IATA, que se fundó en 1919 y operó hasta el comienza de la Segunda Guerra Mundial, en 1939. La IATA posterior a 1945 pasó a contar con objetivos mucho más precisa que la que existía antes de 1939.
“Estos fueron promover un transporte aéreo seguro, regular y económico en beneficio de los pueblos del mundo, fomentar el comercio aéreo y estudiar los problemas relacionados con el mismo; Proporcionar medios de colaboración entre las empresas de transporte aéreo dedicadas directa o indirectamente al servicio del transporte aéreo internacional; Cooperar con la recién creada Organización de Aviación Civil Internacional (OACI – la agencia especializada de las Naciones Unidas para la aviación civil) y otras organizaciones internacionales”.
Las tareas más importantes de la IATA durante sus primeros días fueron técnicas, porque la seguridad y la fiabilidad eran fundamentales para las operaciones de las aerolíneas. Éstas requieren los más altos estándares en navegación aérea, infraestructura aeroportuaria y operaciones de vuelo. Las aerolíneas de la IATA aportaron una contribución vital al trabajo de la OACI, cuando redactó sus Normas y Prácticas recomendadas. En 1949, esto se reflejaba en los «Anexos» del Convenio de Chicago, el tratado que aún rige la conducta de la aviación civil internacional.
La IATA ayudó, además, a engranar los convenios internacionales, desarrollados a través de la OACI, con la legislación estadounidense sobre transporte aéreo, que se había desarrollado de forma aislada antes de la Segunda Guerra Mundial. La Asociación hizo una aportación vital al desarrollo de las Condiciones de Transporte, el contrato entre el cliente y la aerolínea transportista. Uno de los primeros puntos de la agenda jurídica fue la revisión y modernización del Convenio de Varsovia -firmado originalmente en 1929- sobre la responsabilidad de las compañías aéreas por lesiones o muerte de pasajeros y daños o pérdidas de carga.
El emblemático Acuerdo de Bermudas de 1946 entre EE.UU. y el Reino Unido fue el primero de los casi 4.000 acuerdos bilaterales de transporte aéreo firmados y registrados hasta la fecha en la OACI. En los primeros tiempos, los gobiernos insistían en su derecho a supervisar los precios aplicados por las compañías aéreas internacionales, pero en la práctica no podían desarrollarlos por sí mismos. Se delegó en la IATA la celebración de Conferencias de Tráfico con este fin, sometiendo todas las tarifas a la aprobación final de los gobiernos. El objetivo era doble: garantizar que las tarifas y fletes no supusieran una competencia despiadada y, al mismo tiempo, que pudieran fijarse lo más bajo posible, en interés de los consumidores.
La primera Conferencia Mundial sobre tráfico aéreo se celebró en Río de Janeiro en 1947. En ella se llegó a un acuerdo unánime sobre casi 400 resoluciones que abarcaban todos los aspectos del transporte aéreo. Las reglas de construcción de tarifas para viajes multisectoriales, las reglas de asignación de ingresos – prorrateo -, las franquicias de equipaje, el diseño de billetes y guías aéreas y los procedimientos de designación de agencias fueron detalles típicos acordados en esta reunión pionera.
Hoy en día, ese trabajo pionero se refleja en las Resoluciones de la IATA actualmente aplicables que tratan de estos y muchos otros temas. Por ejemplo, en los Acuerdos Multilaterales de Tráfico entre Líneas Aéreas que son la base de la red interlíneas de las compañías aéreas. Cerca de 300 compañías aéreas los han firmado y aceptan los billetes y las cartas de porte aéreo de las demás (y, por tanto, su tráfico de pasajeros y carga) de forma recíproca.
También son de aplicación las resoluciones de la Conferencia de Servicios de Pasajeros y Carga que prescriben una serie de formatos estándar y especificaciones técnicas para los billetes y las cartas de porte aéreo. Y por último están los Acuerdos de Agencia de Pasajeros y Carga y Normas de Agencia de Ventas que sirven para regular las relaciones entre las compañías aéreas miembros de la IATA y sus agentes acreditados en materia de pasajeros y carga.